El estudio de los cerebros de los tiranosaurios muestra más variación de lo que se pensaba
Por primera vez, científicos de Canadá y Argentina han utilizado tomografías computarizadas para reconstruir digitalmente el cerebro, el oído interno y los huesos circundantes (conocidos como la 'caja del cerebro') de dos especímenes de 'Daspletosaurus' bien conservados. Sus resultados sugieren que los cerebros de los dinosaurios, y los huesos que los rodean y protegen, varían más de lo que se pensaba dentro de una misma especie o entre especies estrechamente relacionadas.
Entre los feroces carnívoros que vivían a finales
del Cretácico había un depredador llamado 'Daspletosaurus', un enorme
tiranosaurio, de unos nueve metros de largo, que vivió en los bosques costeros
de lo que hoy es Alberta hace unos 75 millones de años, precediendo al más
famoso 'T. rex' en unos 10 millones de años.
Sus resultados, publicados en línea en la revista
'Canadian Journal of Earth Sciences', contradicen la opinión generalizada de
que los cerebros de los dinosaurios y los huesos que los rodean y protegen
variaban poco dentro de las especies, o entre especies estrechamente
relacionadas, especialmente cuando se comparan con los cambios observados en
otras partes del esqueleto.
"Nuestro estudio con los dos ejemplares de
Daspletosaurus sugiere lo contrario --explica el doctor Tetsuto Miyashita,
paleontólogo del Museo Canadiense de la Naturaleza y autor principal del
estudio--. Sabemos que los tiranosaurios tenían cerebros relativamente grandes
para un dinosaurio, y este estudio demuestra que este patrón se mantiene para
el 'Daspletosaurus'. Además, basándonos en las formas del cerebro, la estructura
del oído y la caja torácica, sugerimos que estos dos especímenes representan
especies distintas de daspletosaurios".
El acceso a la 'caja del cerebro', la parte interna
del cráneo que rodea y protege el cerebro, ayuda a desvelar una de las partes
más complejas de la anatomía de los dinosaurios. Para ello se necesita
tecnología médica avanzada, como un escáner de TC, para obtener imágenes de los
espacios internos ocultos bajo los gruesos huesos, con los consiguientes
cientos de horas de trabajo para reconstruir el cerebro y otras partes carnosas
rebanada a rebanada.
Por ello, la mayoría de los estudios sobre cerebros
de dinosaurios se han centrado cada uno en un espécimen de una especie
representativa del grupo. Como excepción, el 'Tyrannosaurus rex' cuenta con
varias reconstrucciones de su cerebro. Ahora, este nuevo estudio investiga dos
cráneos notablemente bien conservados de 'Daspletosaurus', un tiranosaurio
mucho más raro que el 'T. rex'.
Uno de ellos pertenece al espécimen original de
'Daspletosaurus', que se exhibe de forma destacada en el Museo Canadiense de la
Naturaleza de Ottawa. Desenterrado en 1921 a lo largo de las orillas del río
Red Deer de Alberta, su descripción en 1970 como 'Daspletosaurus torosus'
(lagarto espantoso musculoso) por el doctor Dale Russell marcó el comienzo de
la era moderna de la investigación sobre tiranosáuridos.
El segundo espécimen, descubierto en 2001, se
encuentra en el Museo Real Tyrrell de Paleontología de Alberta. Miyashita sigue
estudiándolo con el doctor Philip Currie de la Universidad de Alberta, otro de
los autores del estudio.
El estudio de la estructura del encéfalo y de su
cavidad endocraneal permite conocer el cerebro en sí, así como características
como la disposición de los nervios craneales y algunos aspectos de la biología
sensorial, como la anatomía auditiva y visual, que impulsaron la vida del
dinosaurio.
La doctora Ariana Paulina Carabajal, experta en
cerebros de dinosaurios en Argentina y coautora del estudio en el Instituto de
Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (CONICET-Universidad Nacional
del Comahue), proporcionó los modelos detallados de la anatomía del cerebro y
el oído interno y las estructuras relacionadas.
Entre los hallazgos se encuentra la presencia de
grandes canales óseos que habrían transmitido gruesos haces nerviosos que
movían los globos oculares. Los investigadores también describen grandes sacos
de aire que llenaban la mayor parte de los huesos del encéfalo, lo que coincide
con los limitados estudios conocidos de otros tiranosaurios.
"Estas cavidades dentro de los huesos no sólo
aligeran el enorme cráneo, sino que también están relacionadas con la región
media del oído --explica Paulina Carabajal--. Las cavidades probablemente
ayudaron a amplificar el sonido y ayudar al sistema que comunica a los oídos
izquierdo y derecho, permitiendo al cerebro determinar de dónde viene un
sonido".
Sin embargo, incluso dentro de los dos cerebros de
Daspletosaurus, había diferencias. "Fue sorprendente ver tantas
variaciones en los cerebros aunque los esqueletos son similares", subraya
Miyashita, quien ofrece que su estudio proporciona una buena razón para
observar más cerebros dentro de grupos similares de dinosaurios, o incluso
dentro de las especies.
"Los investigadores han mirado en el interior
de tan pocos cerebros de dinosaurios, normalmente uno por cada especie que han
estudiado, que esto reforzó la suposición de que estas estructuras no cambian
mucho dentro y entre las especies --añade--. Simplemente no hemos mirado dentro
de suficientes cráneos para documentar la variación".
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