La corteza terrestre contiene mucha más agua de la esperada

 

La corteza superior terrestre contiene un enorme reservorio de agua salada antigua, mayor que los glaciares y capas de hielo de Groenlandia y la Antártida. Está situado más allá del alcance de pozos que podrían perforarlo.

Las profundidades de la corteza terrestre contienen un enorme volumen de agua salada antigua que no se ha detectado hasta ahora y que representa una tercera parte del total del agua subterránea del planeta, según una investigación desarrollada en la Universidad de Saskatchewan en Saskatoon, Canadá.

Liderada por el profesor de la citada universidad Grant Ferguson, esta investigación calculó cuánta agua subterránea debería existir en todo el planeta, informa Nature.

Analizó una base de datos global de los tipos de rocas que componen los 10 kilómetros superiores de la corteza continental del planeta: casi el 88% de esta corteza es roca cristalina dura y el 12% es roca sedimentaria, que tiene grandes espacios entre sus granos.

Los científicos calcularon a continuación cuánta agua podría existir entre los granos de ambos tipos de rocas y estimaron que los 10 kilómetros superiores de la corteza terrestre contienen casi 44 millones de kilómetros cúbicos de agua.

Este volumen es más que la cantidad congelada actualmente en los glaciares y las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida juntas (en total algo más de 30 millones de kilómetros cúbicos) destacan los científicos. Los océanos siguen siendo la reserva de agua más grande del planeta, con 1.300 millones de km cúbicos.

Fuera del alcance de los pozos

La mayor parte de este vasto reservorio se encuentra a una profundidad de entre 1 y 10 kilómetros, más allá del alcance de pozos que podrían perforarlo.

El agua subterránea que utilizan muchos agricultores para el riego y miles de millones de personas para beber, se encuentra a profundidades más accesibles.

La Tierra es el único planeta del sistema solar en el que está presente de manera permanente el agua líquida, que cubre aproximadamente tres cuartas partes de la superficie terrestre, con una profundidad promedio de 3,5 km, lo que representa el 97 % del total de agua del planeta.

Lo que ha descubierto la nueva investigación es que, por debajo de ese volumen de agua líquida, existe una reserva mucho mayor que está disimulada entre los granos de las rocas que forman la corteza continental del planeta.

La mayoría de los planetas tienen cortezas bastante uniformes. Sin embargo, la Tierra tiene dos tipos distintos: la corteza continental y la corteza oceánica.

Corteza heterogénea

Estos dos tipos tienen diferentes composiciones químicas y propiedades físicas, y se formaron por diferentes procesos geológicos

La corteza continental, que es la que alberga este reservorio inesperado de agua, está formada por rocas con diversos orígenes y es horizontalmente heterogénea.

En conjunto, la corteza continental es menos densa que la corteza oceánica y que el manto. Tiene también un grosor mayor que la corteza oceánica.

Los minerales más abundantes de esta zona son los cuarzos, los feldespatos y las micas, y los elementos químicos más abundantes son el oxígeno (46,6 %), el silicio (27,7 %), el aluminio (8,1 %), el hierro (5,0 %), el calcio (3,6 %), el sodio (2,8 %), el potasio (2,6 %) y el magnesio (2,1 %).

Agua subterránea profunda

Las estimaciones realizadas en esta investigación han puesto de manifiesto que las aguas subterráneas que se encuentran entre 2 y 10 km de profundidad, que los investigadores llaman agua subterránea profunda, tienen un volumen comparable al del agua subterránea que se encuentra en los 2 km superiores de la corteza terrestre.

Representa por tanto la mayor reserva continental de agua, por delante de las capas de hielo. Este gran volumen de líquido, que se cree que está desconectado en gran medida del resto del ciclo hidrológico, no se ha tenido en cuenta hasta ahora.

Referencia

Crustal Groundwater Volumes Greater Than Previously Thought. Grant Ferguson et al. Geophysical Research Letters, 09 August 2021. DOI: https://doi.org/10.1029/2021GL093549

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