El desierto saudita fue un “corredor verde” para las primeras migraciones humanas
El vasto desierto de Arabia Saudita era una vía migratoria de los primeros humanos provenientes de África, gracias a varios episodios climáticos que transformaron esos lugares en una "Arabia verde", a lo largo de 400.000 años.
Un equipo de investigadores dirigido por Huw
Groucutt, del instituto alemán Max Planck, desenterró miles de herramientas de
piedra en el actual desierto de Nefud, en Arabia Saudita.
Los paleontólogos llevan décadas desentrañando la
primera expansión original de los ancestros humanos. "Estamos sacando del
anonimato a Arabia" en este gran periplo, explicó a la AFP el profesor
Michael Petraglia, coautor del estudio, publicado en la revista Nature el miércoles.
"Arabia era un cruce de continentes, el puente
entre África y Eurasia", explicó este arqueólogo del instituto Max Planck.
Hasta ahora, la teoría dominante era que la
expansión de los primeros humanos fuera de África, en particular una primera
gran oleada de Homo sapiens hace 60.000 años, se realizó por la costa de
Levante, la cuenca mediterránea donde se encuentran ahora Israel, Líbano y
Siria. Numerosos yacimientos de fósiles lo demuestran.
Pero no se ha encontrado aún lo que se está
buscando, explica el profesor Petraglia, que recuerda que el Levante está
siendo rastreado por los paleontólogos y arqueólogos desde hace un centenar de
años.
Hasta hace apenas una década, no se conocía ningún
sitio arqueológico de más de 10.000 años en la península arábiga.
- Elefantes e hipopótamos -
"Se suponía que los desiertos siempre habían
estado ahí, y no existían datos sobre el medio ambiente que pudieran demostrar
hasta qué punto eran diferentes en el pasado", explica.
Pero en los últimos diez años imágenes de satélite
han identificado más de 10.000 antiguos lagos ya secos. Solamente unos centenares
han sido explorados.
Fue en 2018 cuando un equipo dirigido por el
profesor Petraglia halló en uno de esos antiguos lagos el primer fósil humano
de la región, una modesta falange, atribuida a un Homo sapiens de unos 85.000
años de antigüedad.
Y el año pasado, más excavaciones en otro largo
mostraron que hace 120.000 años no solamente desfilaron Homo Sapiens, sino
búfalos, camellos y elefantes.
En colaboración con la Comisión del Patrimonio
saudita, el equipo de los profesores Groucutt y Petraglia pudo demostrar que en
el lago que hubo un día en Jall Amayshan se bañaban hipopótamos.
Esos parajes eran una "sabana de hierbas altas,
llena de animales, que los humanos cazadores-cosechadores perseguían para
cazar", explica el profesor Petraglia.
Esa zona "fue verde en varias ocasiones en el
pasado", con "numerosos lagos, cada uno de los cuales dejó rastros
arqueológicos".
En Jall Amayshan, una cuenca natural actualmente
desértica, invadida por las dunas, los arqueólogos hallaron algo inusual: cinco
capas sucesivas de fondos lacustres.
La capa más antigua tiene 400.000 años, la más
reciente solamente 55.000 años, y todas cuentan con fósiles de herramientas de
piedra.
Esta diversidad demuestra que hubo "una
colonización por grupos humanos distintos".
La técnica empleada para fabricar esas herramientas
demuestra según el profesor Petraglia la presencia "probable" del
Homo erectus y del Homo Heidelbergensis (entre 400.000 y 300.000 años atrás), y
del Homo sapiens entre 200.000 y 75.000 años atrás, e incluso el Neandertal
hace 55.000 años.
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