El Sol emitió una tormenta electromagnética el pasado 9 de octubre
El pasado día 9 de octubre se produjo una eyección de masa coronal en el Sol (EMC), dirigida directamente hacia la Tierra. Su llegada provocará condiciones de tormenta geomagnética de intensidad moderada desde este día 10 y hasta al menos el día 12.
Tal como explica la web
especializada elTiempo.es, una eyección de masa coronal se produce cuando el
sol expulsa materia y radiación electromagnética desde la corona solar. Esto se
da en la superficie solar, e implica la expulsión a gran velocidad de
partículas variadas. La composición general es de partículas subatómicas,
aunque en ocasiones pueden encontrarse elementos como el hidrógeno o el helio
entre otros.
Las eyecciones de masa
coronal son relativamente frecuentes, y cuando son lo suficientemente fuertes
dan lugar a tormentas geomagnéticas de cierta entidad. Cuando son
extremadamente fuertes, producen tormentas muy intensas que en el mundo actual
tendrían graves consecuencias por su impacto en los aparatos electrónicos, tan
importantes hoy en día.
Una de las más destacadas
fue el conocido como «evento Carrington», entre el 28 de
agosto y el 2 de
septiembre de 1859. Está considerado como la tormenta solar más potente
registrada. Provocó el avistamiento de auroras boreales en latitudes tan bajas
como las de España, Cuba o Colombia. Fue llamado así en honor al astrónomo
Richard Carrington, quien avistó y anotó numerosas manchas solares el 28 de
agosto, día de inicio del evento.
La Tierra se encuentra
expuesta a la incidencia del conocido como viento solar. Este viento solar es
un flujo procedente del Sol, compuesto principalmente de corrientes de
partículas cargadas que salen de la corona solar (parte superficial del astro).
La magnetosfera, presente en la Tierra, nos protege de este flujo, ya que su
incidencia directa sería perjudicial.
Cuando el flujo se vuelve
más intenso y hay tormentas geomagnéticas, se da un proceso de alteración de la
magnetosfera terrestre. Estas tormentas pueden estar provocadas por eyecciones,
aunque no son el único proceso que las genera. Según la intensidad de las
tormentas, los fenómenos sentidos en la Tierra pueden ser variados.
El efecto más común y menos
dañino es la presencia de auroras boreales. Si la tormenta es más débil las
auroras se verán a latitudes algo más bajas de sus posiciones normales. Si por
el contrario nos encontramos con una tormenta más fuerte, las auroras pueden
llegar a verse en latitudes mucho más bajas.
Además, en caso de un evento
muy fuerte, se considera que en el mundo actual las consecuencias serían
graves. Esto sería así porque provocaría daños en electrónica, redes
eléctricas, comunicaciones y satélites. La combinación de todos estos efectos
podría suponer el caos en nuestra civilización tecnológica.
La tormenta que ocurrirá
estos días es de intensidad moderada, por lo que sus consecuencias no irán más
allá del avistamiento de auroras en latitudes algo más bajas de las habituales.
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