NGC 2244, la Nebulosa Roseta
La nebulosa Roseta es una región H II grande y circular, ubicada en el borde de una gigantesca nube molecular en la constelación del Unicornio Monoceros, situada en la banda de la Vía Láctea. El cúmulo abierto NGC 2244 (Caldwell 50) está estrechamente asociado con la nebulosa, en virtud de que las estrellas del cúmulo se han formado de la materia de la misma.
El cúmulo y la nebulosa se encuentran a una
distancia de unos 5200 años luz de la Tierra (aunque los cálculos de la
distancia varían considerablemente, hasta llegar a 4900 años luz)1 y medir unos
130 años luz de diámetro. La radiación de las estrellas jóvenes excitan los
átomos de la nebulosa, haciendo que emitan radiación que hace brillar a la
nebulosa. La masa de la nebulosa se estima en unas 10 000 masas solares.
Se cree que el viento estelar de un grupo de
estrellas O y B está ejerciendo presión sobre la nube, causando su compresión,
y generando la formación de estrellas en la nebulosa. Esta formación estelar
está aún en curso.
Una imagen de la nebulosa tomada por el Observatorio
de rayos X Chandra en 2001, ha permitido observar la zona de las estrellas
jóvenes y calientes que están en el centro de la nebulosa Roseta. Las estrellas
han calentado el gas que las rodea a una temperatura del orden de 6 millones de
kelvin, haciendo que emitan grandes cantidades de rayos-X.
El cúmulo de estrellas es visible con binoculares y
puede apreciarse muy bien con un telescopio pequeño. La nebulosa en cambio es
más difícil de detectar visualmente, y requiere de un telescopio con un bajo
aumento. Es necesario un cielo oscuro, sin polución luminosa, para la
observación. El color rojo no se detecta visualmente, aunque sí en las imágenes
fotográficas. Este típico color rojo de las nebulosas es producido por la
emisión de los átomos de hidrógeno a través del fenómeno conocido como
fluorescencia.
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