Astrónomos encuentran el límite exterior de la Vía Láctea
Los astrónomos saben desde hace tiempo que la parte más brillante de la Vía Láctea, el disco de estrellas en forma ovalada que alberga el Sol, tiene unos 120.000 años luz de diámetro. Más allá de este disco estelar hay un disco de gas: un vasto halo de materia oscura que envuelve ambos discos y se extiende mucho más allá de ellos.
Pero como el halo oscuro no emite luz, es complicado
de dilucidar su diámetro. Ahora, gracias a un nuevo estudio liderado por la
astrofísica Alis Deason de la Universidad de Durham en Inglaterra, ha conseguido
definir el borde de la Vía Láctea: se extiende por casi 2 millones de años luz,
más de 15 veces más ancha que su disco luminoso en espiral, lo que evidencia,
nuevamente, que nuestra galaxia es mucho más grande de lo que parece.
Los expertos utilizaron galaxias cercanas para
localizar el borde de la Vía Láctea, precisando el diámetro en 1,9 millones de
años luz, más de siete veces más ancha que las estimaciones anteriores, según
consta en su artículo publicado en arXiv.org. El borde de nuestra galaxia está
muy, muy lejos.
Esta nueva cifra podría conducir a una mejor
estimación de cuán masiva es la galaxia y cuántas galaxias la orbitan con
detalle.
Los datos GAIA proporcionaron en 2019 un diámetro de
disco aproximado de 258.000 años luz. Sin embargo, los astrónomos reconocieron
que había un gran gran problema al acecho en los confines de la galaxia que
podían estar ofreciéndonos un dato erróneo: la materia oscura. Como hemos
comentado, un enorme halo de materia oscura parece envolver la materia visible
en el disco de la Vía Láctea y más allá (al igual que la influencia
gravitacional del Sol se extiende más allá del cinturón de Kuiper). Aunque no
podamos verla -a la materia oscura-, los astrónomos pueden inferir su presencia
al estudiar el movimiento de los objetos cósmicos a su alrededor, de qué manera
afecta a todo lo que hay cerca, que es exactamente como surgió esta última
estimación.
Primero, realizaron simulaciones cosmológicas de
alta resolución de los halos de materia oscura de las galaxias de la misma masa
que la Vía Láctea, tanto de forma aislada como en sus análogas del Grupo Local,
un pequeño grupo de galaxias de aproximadamente 9,8 millones de años luz de
diámetro, al que pertenece la nuestra.
Se centraron especialmente en M31, también conocida
como la galaxia de Andrómeda, la galaxia con la que la Vía Láctea colisionará
en unos 4.500 millones de años. Ambas están actualmente separadas por
aproximadamente 2,5 millones de años luz, lo suficientemente cerca como para
interactuar gravitacionalmente.
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