El deshielo del Ártico descongelará virus desconocidos y desechos radiactivos de la Guerra Fría
Como consecuencia de las alzas en la temperatura global, Audreé Lemieux, autora líder de un nuevo proyecto de investigación, asegura que el deshielo no es la única preocupación. Por el contrario, la migración de especies de insectos al norte —como los mosquitos— potencia la transmisión que estas nuevas enfermedades virales.
Al buscar ambientes menos calurosos, intentarán
llegar al norte del planeta. Así, cuando llegue el invierno se trasladarán a
otras regiones de la Tierra, acarreando las enfermedades consigo. Este
comportamiento, advierte Lemieux, “podría tener un efecto dramático en el Alto
Ártico”.
El problema es que estas especies generalmente no se
encuentran ahí. Al introducirse a un nuevo ecosistema, como especies invasoras,
desequilibran a toda la cadena alimentaria del ecosistema. Al desbordarse los
lagos como consecuencia del deshielo, estos virus saldrán de los cuerpos de
agua y se instalarán en nuevos huéspedes. De esta forma, la comida de los
insectos migratorios también estará infectada.
Cuando ellos se trasladen a otras partes del mundo, cargarán con estas enfermedades y, eventualmente, los virus llegarán a los seres humanos. Después de años de explotación irresponsable de los recursos naturales, el cambio climático no sólo se ha convertido en una crisis ecológica, sino sanitaria también.
A finales de octubre, una nueva investigación que forma
parte del proyecto Methane Challenge entre la NASA y la ESA reveló que el hielo
del permafrost no sólo guarda bacterias y virus desconocidos que se mantuvieron
congelados hasta un millón de años: también subproductos de combustibles
fósiles y productos químicos como el DDT, que actualmente se encuentra
prohibidos por los daños a la salud y al ambiente.
Ambas investigaciones manifiestan la preocupación
científica sobre el riesgo para los ecosistemas que entraña el resurgimiento de
microorganismos que se mantuvieron congelados durante decenas de miles de años:
“el deshielo del permafrost incluye serias amenazas
para la salud. Tenemos un conocimiento muy pequeño de qué tipo de extremófilos
tienen el potencial de volver a emerger. Estos microbios han coevolucionado con
animales como perezosos gigantes o mamuts, y no tenemos idea de lo que podrían
hacer cuando se liberen en nuestros ecosistemas”, concluye kimberley miner, del
laboratorio de propulsión a chorro de la NASA.
Referencia : alertageo.org
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