El volcán de La Palma empieza a perder energía
El descenso en los niveles de dióxido de azufre que emana del volcán de La Palma y en los seísmos a profundidad intermedia apunta a que el sistema volcánico cada vez tiene menos energía, según los científicos que analizan la erupción iniciada en Cumbre Vieja (La Palma) el pasado 19 de septiembre.
De hecho, las emisiones de dióxido de azufre
asociadas al penacho volcánico fluctuaron este sábado entre las 2.000 y las
4.000 toneladas, muy lejos de las más de 50.000 toneladas que se registraron el
pasado 23 de septiembre, aunque la portavoz científica del Plan de Emergencia
Volcánica de Canarias (Pevolca), María José Blanco, ha recordado este domingo
en rueda de prensa que siguen siendo valores altos.
"Da la sensación de que el sistema cada vez
tiene menos energía y los niveles de sismicidad intermedia, tremor, deformación
y dióxido de azufre muestran una tendencia estable o a la baja, pero hay que
esperar a que se mantenga en el tiempo", ha precisado la portavoz
científica.
A su vez el director técnico del Pevolca, Miguel
Ángel Morcuende, ha precisado que la lava sigue fluyendo hacia el delta lávico,
lo que es "una muy buena noticia" porque no encuentra diques, no
crece en espesor ni provoca derrames y por lo tanto, no ocupa nuevos
territorios con lo que vendría "a hacer más daño".
A diferencia de este sábado, cuando la colada que
recibía más aporte de magma era la primera de todas, este domingo la que tiene
más "alimentación" es la novena, la situada más al sur, y entre ésta,
la primigenia y la número 2 han conformado el crecimiento del delta lávico, que
ya está situado encima del generado por el volcán de San Juan (1949).
Pero Miguel Ángel Morcuende ha subrayado sobre todo
que no hay derrames de lava y por lo tanto, no se están generando problemas
añadidos "a lo que es la pura emergencia", esto es, daños para
"vidas y haciendas".
Los gestores del Pevolca se han congratulado además
de la ausencia de sismicidad superficial, puesto que los terremotos se
mantienen a gran profundidad y de hecho el de mayor magnitud registrado hoy,
con 4,7 mgLg, se localizó a 37 kilómetros y alcanzó una intensidad IV.
Esta sismicidad profunda es la que se mantiene, y la
intermedia, esto es a entre 10 y 15 kilómetros, muestra una tendencia a la
baja.
En cuanto a la emisión difusa de dióxido de carbono
asociada a la dorsal de Cumbre Vieja, se situó este sábado entre las 1.800 y
las 2.000 toneladas.
La calidad del aire se ha mantenido en niveles
buenos o razonablemente buenos en cuanto a la afección por dióxido de azufre,
salvo en Puntagorda y Los Llanos de Aridane, que ha sido regular en momentos
puntuales.
Respecto a las partículas en suspensión inferiores a
10 micras, se registran valores bajos en todas las estaciones de La Palma salvo
un episodio de alta intensidad que se registró entre las 12.00 y las 14.00 horas
de este sábado asociado a las labores de limpieza de ceniza en Los Llanos de
Aridane, lo que provocó un nivel de calidad del aire muy desfavorable.
No obstante, este domingo se ha cerrado el acceso
por Fuencaliente a las zonas de exclusión para recoger enseres o documentos
debido a la alta concentración de dióxido de azufre en las áreas evacuadas, que
puede resultar nocivo para la salud, ha precisado Miguel Ángel Morcuende.
Hasta la fecha la lava ha arrasado 1.019,79
hectáreas de superficie y según los datos del Catastro, ha destruido 1.460
edificaciones, de las que 1.181 son de uso residencial, 159 agrícola, 67
industrial, 34 comercial, 13 de uso público y 15 de otras actividades.
Mientras, 481 personas que fueron evacuadas de sus
hogares se alojan en hoteles de Fuencaliente y Los Llanos de Aridane, y 43
personas dependientes se hospedan en centros sociosanitarios.
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