El volcán de La Palma, en proceso de desgasificación

El volcán de Cumbre Vieja en la isla de La Palma lleva ya más de 40 días de fuerte actividad, sin apenas mostrar signos de debilitamiento. En las últimas jornadas, los expertos del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) han detectado un aumento en el pico de emisiones de cenizas procedentes del interior del volcán. Esta situación se produce por un proceso de desgasificación: el magma del interior tiene más gas y al salir lo hace con una mayor presión.

Una ceniza que se acumula en las calles de las localidades más cercanas y en las inmediaciones del cono volcánico. Pero también ha llegado a afectar al Observatorio Astronómico Roque de los Muchachos, situado en el término municipal de La Garafía a una altitud de 2.396 metros. Y en él se encuentra el mayor telescopio del mundo, que se ha visto afectado por la ceniza volcánica.

José Carlos Pérez, trabajador del Observatorio, asegura que la primera de las medidas a tomar es "cerrar el telescopio cuando hay riesgo de ceniza en el observatorio, pero hay telescopios que no tienen esa protección". Pero no todos los telescopios allí presentes cuentan con la protección necesaria. Víctor Acciari, Coordinador Técnico del observatorio, comenta que se deben "cubrir las partes más delicadas". Las cenias pueden llegar a dañar los espejos, de los que no hay repuesto en caso de rotura.

Desgasificación del volcán

El gas original, encerrado en el manto terrestre desde su formación hace millones de años, intenta 'escapar'. Según explica a 20 Minutos el vulcanólogo del Colegio Oficial de Geólogos, José Luis Barrera, "cuando hay erupciones el gas es el que trata de escapar, no la lava. Al hacerlo, la arrastra. Si el volcán no tuviera gas, no habría erupción, la lava estaría parada".

En este proceso se expulsan una serie de gases que resultan nocivos para el ser humano, como son el dióxido de azufre y el monóxido de carbono, siendo vapor de agua un 60% restante. No obstante, los expertos detectan que "está saliendo mucho más" que en otras erupciones: la columna de humo se eleva hasta los 4.500 metros y debido a las corrientes de aire han llegado hasta Noruega. Es también un indicador del comportamiento del volcán. En el momento en que se registre de forma continuada una disminución en el proceso, el fin de la erupción podría estar cercano.

Esta desgasificación también es la 'culpable' de las repetidas explosiones que se repiten día sí y día también en el volcán. "Cuando hay una erupción, primero salen unos chorros de gases y cenizas brutales y detrás viene la lava", explica Barrera. El experto pone el símil de lo que ocurre con una botella de agua con gas que es agitada. "En las botellas, salen todas las burbujas y, a continuación, el líquido, que rebosa del recipiente". El agua sería el magma y el movimiento de la botella, los terremotos que se producen. Lo que se desprende de las burbujas sería la ceniza que se extiende por la isla.

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