La Luna “desapareció” del cielo hace 1.000 años
Hace casi un milenio, la Luna desapareció del cielo en un particular eclipse totalmente negro. Incluso ahora, las explicaciones para este evento no parecen suficientes y aún se hacen necesarias respuestas.
Para conocer un poco más de nuestra historia y de la
de la Tierra, los investigadores Sébastien Guillet, Christophe Corona, Francis
Ludlow, Clive Oppenheimer y Markus Stoffel se pusieron en acción. Gracias a su
esfuerzo, recientemente se ha publicado un estudio en la revista Scientific
Reports que podría no solo explicarnos la extraña desaparición de la Luna, sino
traernos nueva información sobre una parte aparentemente olvidada de nuestro
pasado.
Los investigadores se valieron de la información
almacenada en las antiguas capas de hielo glaciar para poder descubrir por qué
la Luna desapareció del cielo hace casi mil años. Básicamente se optó por ellas
ya que son una de las fuentes más confiables de información sobre la atmósfera
de las eras antiguas.
A medida que las capas de hielo se acumulan, estas
van atrapando partículas y aerosoles del ambiente preservándolos casi intactos
dentro de sus paredes de hielo. Ahora, con la tecnología actual, los
científicos pueden tomar muestras de los glaciares y descifrar el rompecabezas
de aerosoles y muestras que quedaron encerrados cientos de años atrás.
En general, de esta forma se puede tener una muy
buena idea de cómo era un ambiente antiguo durante un lapso determinado de
tiempo. Sin embargo, aún no se han desarrollado tecnologías lo suficientemente
avanzadas como para hacer estimaciones más exactas. En consecuencia, muchas de
estas siguen teniendo rangos amplios o márgenes de error demasiado notorios.
Un ejemplo de estos problemas de precisión se dio
con la erupción del volcán Hekla de Islandia en 1104 d.C. La también llamada
“Puerta del Infierno” ha sido el hogar de unas de las erupciones más notorias
de nuestra historia.
Por este motivo, cuando las capas de hielo revelaron
que hace casi un milenio una gruesa capa de ceniza volcánica debió cubrir los
cielos (y probablemente la Luna), el Hekla fue el primer sospechoso. Según los
registros helados, la ceniza pudo haberse mantenido flotando por años antes de
finalmente bajar de nuevo a la tierra y ser atrapada por los glaciares.
Inicialmente, las cronologías estimadas entre la
erupción y los registros encajaban perfectamente. Sin embargo, investigaciones
posteriores dieron pie a la creación de la Cronología del Núcleo de Hielo de
Groenlandia 2005 (GICC05) que mostró cómo las fechas que se habían manejado
hasta el momento estaban erradas por entre 4 y 7 años.
La investigación más reciente al respecto se llevó a
cabo en Suiza y Guillet estuvo a la cabeza de ella. El paleoclimatólogo de la
Universidad de Ginebra revisó nuevamente los datos y comprobó que el Hekla no
pudo ser el causante de la nube de ceniza detrás de la que la Luna desapareció
en el cielo medieval.
Por otra parte, lo que sí se pudo notar, según los
registros de la NASA, es que entre el 1100 y el 1120 d.C. se dieron por lo
menos 7 eclipses lunares totales. Ahora, la reseña de un observador medieval
anotada en un periódico de 1110 d.C., conocido como Peterborough Chronicle, nos
dio una idea un poco más clara de cuándo se dio el particular oscurecimiento de
la Luna (y de cuáles podrían haber sido las erupciones volcánicas que lo
propiciaron).
En general, los investigadores se han topado con dos
grandes sospechosos. Por un lado, surge un candidato en Groenlandia cuya
erupción y deposiciones de sulfato comenzaron entre finales de 1108 d.C. y
principios de 1109 d.C. Igualmente, estas se mantuvieron hasta 1113 d.C. por lo
que podrían haber sido la fuente de las nubes de ceniza que causaron la
desaparición de la Luna del cielo medieval.
Por otro lado, también está la erupción del monte
Asama en Japón. Esta se dio durante el 1108 d.C. y fue una de las más grandes
de su historia. Debido a lo cual, nuevamente, podrían haber emitido suficiente
sulfato como para que este poblara los cielos durante años.
Sumado a estos descubrimientos, también se
identificaron otras erupciones un poco menores entre 1109 y 1111 d.C. que
podrían hacer colaborado con la producción de sulfato y cenizas
Incluso después de esta investigación, no queda
claro si el particular eclipse durante el que la Luna desapareció por completo
del cielo fue causado por la actividad volcánica de la Tierra. Sin embargo, los
datos que se han recaudado hasta ahora parecen sustentar esta alternativa como
la más probable.
Referencia:
Climatic and societal impacts of a “forgotten”
cluster of volcanic eruptions in 1108-1110 CE: https://doi.org/10.1038/s41598-020-63339-3
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