Los simuladores de neutrinos, esenciales para entender la formación del universo, estaban equivocados
Si una persona coge un bolígrafo y dibuja en la palma de su mano un cuadrado de un centímetro de lado, esa pequeña superficie será inmediatamente atravesada por unos 65.000 millones de neutrinos procedentes de las reacciones nucleares del Sol.
Y cada segundo pasarán otros 65.000 millones. Los
neutrinos son, junto a los fotones de la luz, las partículas elementales más
abundantes del universo. Y, sin embargo, son escurridizas, extremadamente
difíciles de detectar, al carecer de carga eléctrica y tener una masa casi
nula, millones de veces inferior a la del electrón. La comunidad científica
está construyendo máquinas de cientos de millones de euros, como el futuro
detector japonés Hiper-Kamiokande, para intentar cazar neutrinos y medir con
precisión sus propiedades. Los investigadores creen que estas partículas
fantasmagóricas esconden algunos de los mayores secretos sobre el universo. Un
equipo internacional de investigadores revela este miércoles una desagradable
sorpresa: los simuladores utilizados hasta ahora están plagados de errores. Hay
que afinarlos para entender por qué existimos.
El universo comenzó con toda la materia y la energía
concentradas en un punto más pequeño que el del final de esta frase. La
expansión comenzó con el Big Bang, hace unos 13.700 millones de años. El
problema de la teoría es que en el origen del universo se tendría que haber
formado la misma cantidad de materia que de antimateria: partículas con la
misma masa, pero con valores opuestos de carga eléctrica. Y, si esto fuera así,
la materia y la antimateria se habrían aniquilado la una a la otra al entrar en
contacto y no existiría el universo conocido. Sin embargo, la realidad es que
la antimateria representa menos del 0,0000001 % de la materia total del
universo. ¿Qué pasó después del Big Bang para que la materia saliese victoriosa
de su combate contra la antimateria? LEER NOTICIA COMPLETA
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