Una caribeña gana dos asientos para el vuelo espacial de Virgin Galactic
Una mujer de 44 años que vive en Antigua y Barbuda ganó en un sorteo dos asientos para el espacio a bordo de una nave de Virgin Galactic, por un valor de 450.000 dólares cada uno.
Keisha Schahaff se convertirá así en la primera pasajera
del Caribe en experimentar en el espacio la gravedad cero, algo que solo han
probado unas 600 personas.
La acompañará su hija de 17 años, que estudia
ciencias en el Reino Unido y sueña con trabajar para la NASA.
Fue el propio fundador de Virgin Galactic, Richard
Branson, quien le anunció la noticia a principios de noviembre. Lo hizo yendo a
su casa en Antigua y Barbuda para llevarle el traje de astronauta.
"Pensaba en hacer solo una entrevista por
Zoom", contó a la AFP la afortunada. "¡Cuando vi entrar a Richard
Branson, empecé a gritar! No me lo podía creer".
Keisha Schahaff ganó este premio participando en una
recaudación de fondos organizada por Virgin Galactic en la plataforma Omaze,
que permitió levantar 1,7 millones de dólares (1,5 millones de euros). El
dinero se donará a la oenegé Space for Humanity, que trabaja para facilitar el
acceso al espacio.
Se desconoce cuánto dinero donó Keisha Schahaff,
pero se podía participar con solo 10 dólares (9 euros). La campaña atrajo a
casi 165.000 participantes en ocho semanas, informó Virgin Galactic.
"De niña, ya me fascinaba el espacio",
explicó a la AFP Keisha Schahaff, que recuerda que "siempre era la primera
en comprar las entradas" de cine para ver Star Wars o Star Trek. "Es
fascinante y hasta liberador", declaró esta 'coach' de salud, que trabaja
sobre todo con mujeres.
Ella participó en el sorteo tras haber visto el
anuncio en un avión de Virgin Atlantic.
"Me limité a llenar el formulario e hice lo que
pedían, sin pensar siquiera en que podría realmente obtener una
respuesta", recuerda.
"Es una oportunidad maravillosa para mí de
sentirme viva", dijo la mujer, residente en Antigua, donde creció y desde
donde espera "inspirar a otros a vivir también su sueño
El viaje ofrece solo unos minutos en gravedad cero:
un enorme avión despega de una pista normal y lanza la nave, que se parece a un
gran jet privado.
Entonces este enciende el motor hasta superar los 80
km de altitud (el límite del espacio según el ejército estadounidense) y acto
seguido desciende planeando.
Los vuelos tienen lugar desde la base de Spaceport
America en el desierto de Nuevo México, que Keisha Schahaff visitará con
Branson.
La caribeña formará parte de los "primeros
astronautas" de Virgin Galactic, pero se desconoce qué lugar ocupa en la
lista de espera, según una portavoz de la compañía.
La empresa vendió por anticipado unas 700 plazas
para el espacio: 600 entre 2005 y 2014, a un precio que oscila entre 200.000 y
250.000 dólares (entre 179.000 y 224.000 dólares), y otras 100 desde agosto,
cuando volvieron a venderse por 450.000 dólares (402.000 euros) la unidad. La
idea es vender 1.000 antes del lanzamiento de los vuelos comerciales, el
primero de los cuales está previsto en el cuarto trimestre de 2022.
Desde hace dos décadas Virgin Galactic se esfuerza
"por brindar a personas de todas las edades y procedencias un acceso
equitativo al espacio", declara el británico Richard Branson en un
comunicado.
El pasado 11 de julio, Branson subió a una nave
SpaceShipTwo para un vuelo de prueba, acompañado por empleados de Virgin
Galactic. Su compañía rivaliza con la del multimillonario Jeff Bezos, Blue
Origin, que también propone vuelos suborbitales con una experiencia similar
pero a bordo de un cohete que despega de forma vertical.
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