Arte rupestre: los seres celestiales de Wandjina
En la mitología de los aborígenes australianos, los wondjina (o wandjina) fueron espíritus de la lluvia y las nubes quienes pintaron sus imágenes en las paredes de ciertas cuevas.
Estos
personajes antropomóficos carecían de boca (existía la creencia que las lluvias
nunca cesarían si la tuvieran), la parte superior ensanchada y enormes cabezas
con rostros semejantes a calaveras con ojos y nariz. Sus cabezas están
aparentemente rodeadas por plumas o auras luminosas. Los "wondjinas"
tienen en común colores de negro, rojo y amarillo sobre un fondo blanco.
Los aborígenes australianos son una sociedad
cazadora primitiva de Australia. Objetos encontrados en varios lugares sugieren
su presencia desde 174.000 A.C. La imaginación y mitología es parte de su
cultura. Según las creencias de los indígenas, estos seres fueron los creadores
del mar, de la tierra y de sus habitantes y que sus espíritus vivían en
pequeños estanques. Un wondjina tenía poderes especiales y si era ofendido
podía causar inundaciones e intensos relámpagos. Todavía creen que las
representaciones rupestres de estos seres poseen poderes especiales y deben ser
conservadas cuidadosamente.1
Uno de estos "wondjinas", Walaganda se
convirtió en la vía láctea. Pinturas de este estilo que representan seres
mitológicos involucrados en la creación del mundo son a veces calificadas de
"estilo Wondjina".
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