El Homo sapiens ya vivía en el este de África hace más de 230.000 años
La edad evolutiva de nuestra especie, el Homo sapiens, sigue siendo un enigma. Los restos más antiguos conocidos hasta ahora fueron hallados en la década de 1960 en Etiopía y su datación inicial rondaba los 200.000 años. Sin embargo, una nueva investigación publicada este miércoles en la revista Nature, revela que el ser humano moderno existía desde mucho más tiempo.
En su estudio, un equipo internacional de científicos dirigido por la Universidad de Cambridge, ha reevaluado la edad de los fósiles, denominados Omo I, comparándolos con las trazas de una colosal erupción que tuvo lugar en esta área hace 230.000 años. Utilizando las huellas dactilares químicas de las capas de ceniza volcánica que se encuentran por encima y por debajo de los sedimentos en los que se encontraron los fósiles, los investigadores han descubierto que aquellos primitivos humanos vivieron, y murieron, mucho antes de aquel catastrófico evento geológico.
Los restos de Omo I se encontraron en la Formación
Omo Kibish en el suroeste de Etiopía, dentro del valle del Rift de África
Oriental. La región es un área de alta actividad volcánica y una rica fuente de
restos humanos primitivos y artefactos como herramientas de piedra. Al datar
las capas de ceniza volcánica por encima y por debajo de donde se encuentran
materiales arqueológicos y fósiles, los científicos identificaron a Omo I como
la evidencia más temprana de nuestra especie, el Homo sapiens.
"Usando estos métodos, la edad generalmente
aceptada de los fósiles de Omo es de menos de 200.000 años, pero ha habido
mucha incertidumbre en torno a esta fecha", explica Céline Vidal, del
Departamento de Geografía de Cambridge, autora principal del artículo. Vidal
explica que los fósiles se encontraron en una secuencia, debajo de una gruesa
capa de ceniza volcánica que nadie había logrado datar con técnicas
radiométricas porque la ceniza es de grano demasiado fino. Como parte de un
proyecto de cuatro años dirigido por el profesor Clive Oppenheimer, Vidal y sus
colegas han intentado fechar todas las principales erupciones volcánicas en el
Rift etíope en la época de la aparición del Homo sapiens, un período conocido
como finales del Pleistoceno medio.
Los investigadores recolectaron muestras de piedra
pómez de los depósitos volcánicos y las molieron hasta un tamaño
submilimétrico. “Cada erupción tiene su propia huella digital, su propia
historia evolutiva debajo de la superficie, que está determinada por el camino
que siguió el magma”, indica Vidal. “Una vez que has triturado la roca, liberas
los minerales que contiene y luego puedes fecharlos e identificar la firma
química del vidrio volcánico que mantiene unidos a los minerales”.
Los investigadores llevaron a cabo un nuevo análisis
geoquímico para vincular la huella dactilar de la gruesa capa de ceniza
volcánica del sitio Kamoya Hominin (ceniza KHS) con una erupción del volcán
Shala, a más de 400 kilómetros de distancia. El equipo fechó la muestras de
piedra pómez del volcán en torno a los 230.000 años. Por tanto, dado que los
fósiles de Omo I se encontraron en una capa más profunda que ésta, deben tener
más de 230 000 años.
"La Formación Omo Kibish es un extenso depósito
sedimentario al que apenas se ha accedido e investigado en el pasado",
comenta el coautor y codirector de la investigación de campo, Asfawossen Asrat
de la Universidad de Addis Abeba en Etiopía. "Nuestra mirada más cercana a
la estratigrafía de la Formación Omo Kibish, particularmente las capas de
ceniza, nos permitió llevar la edad del Homo sapiens más antiguo de la región a
al menos 230,000 años".
"A diferencia de otros fósiles del Pleistoceno
Medio que se cree que pertenecen a las primeras etapas del linaje del Homo
sapiens, Omo I posee características humanas modernas inequívocas, como una
bóveda craneal alta y globular y una barbilla", señala por su parte
Aurélien Mounier del Musée de l'Homme de París. "La nueva fecha estimada,
de facto, lo convierte en el Homo sapiens indiscutible más antiguo de
África".
Los investigadores dicen que si bien este estudio
muestra una nueva edad mínima para el Homo sapiens en el este de África, es
posible que nuevos hallazgos y nuevos estudios extiendan la edad de nuestra
especie aún más atrás en el tiempo. “Solo podemos datar a la humanidad en base
a los fósiles que tenemos, por lo que es imposible decir que esta es la edad
definitiva de nuestra especie”, apunta Vidal. “El estudio de la evolución
humana siempre está en movimiento: los límites y las líneas de tiempo cambian a
medida que mejora nuestra comprensión. Pero estos fósiles muestran cuán
resistentes son los humanos: sobrevivimos, prosperamos y migramos incluso en un
área tan propensa a los desastres naturales”.
"Probablemente no sea una coincidencia que
nuestros primeros ancestros vivieran en un valle del rift geológicamente
activo: recogía lluvia en los lagos, proporcionaba agua dulce y atraía
animales, y servía como un corredor de migración natural que se extendía miles
de kilómetros", comenta Oppenheimer. “Los volcanes proporcionaron
materiales fantásticos para fabricar herramientas de piedra y, de vez en
cuando, teníamos que desarrollar nuestras habilidades cognitivas cuando las
grandes erupciones transformaban el paisaje”.
“Nuestro enfoque forense proporciona una nueva edad
mínima para el Homo sapiens en el este de África, pero aún queda el desafío de
proporcionar un límite, una edad máxima, para su aparición, que se cree
ampliamente que tuvo lugar en esta región”, afirma Christine Lane, jefa del
Laboratorio de Tefra de Cambridge, donde se llevó a cabo gran parte del
trabajo. "Es posible que nuevos hallazgos y nuevos estudios extiendan la
edad de nuestra especie aún más atrás en el tiempo".
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