El misterio de la nieve del Ártico que brilla
La microbióloga Vera Emelianenko observó un tenue brillo azul en la nieve de la costa del mar Blanco. El efecto natural lo causan unas criaturas diminutas muy poco habituales.
En una pasada noche de diciembre, la bióloga rusa
Vera Emelianenko fue a dar un paseo por la costa del mar Blanco con Mijaíl
Neretin, hijo del biólogo molecular de la estación, y un par de perros.
En una de las derivas, Neretin observó en la
superficie del terreno un resplandor azul que parecía luces de Navidad.
Emelianenko cogió un puñado de nieve; al apretarlo, la bola de nieve brilló aún
más. Los perros que corrían por la nieve dejaban un rastro luminoso tras de sí.
En la estación científica del mar Blanco de la Universidad Estatal de Moscú en
el Ártico, donde trabajan Emelianenko y Neretin, nadie ha visto nada parecido en
los 80 años de existencia de la estación.
Neretin invitó al fotógrafo de la estación,
Alexánder Semionov, a capturar las luces.
“Estuvimos pisando el suelo durante unas dos horas
para que los puntos brillaran más”, dice Semenov.
El microbiólogo decidió tomar la nieve para
examinarla y encontró varios diminutos crustáceos bioluminiscentes de unos
pocos milímetros de longitud, llamados copépodos. Se trata de una especie
especial de Metridia longa que suele encontrarse en el Ártico y las aguas
circundantes, así como en el Atlántico Norte y el Pacífico. Suelen encontrarse
más lejos en el océano, viviendo a profundidades de 24 a 91 metros durante el
día y subiendo varios metros hasta la superficie del agua por la noche.
Los copépodos brillan gracias a una sustancia
llamada luciferina, que se oxida, se colorea y empieza a brillar cuando
interactúa con el oxígeno. Los copépodos utilizan este resplandor como
protección, ahuyentando potencialmente a los depredadores.
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Referencia:
https://es.rbth.com/technologias/88674-misterio-nieve-artico-brilla-fotos
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