El rover Curiosity recoge una muestra que sugiere un pasado con vida en Marte
En sus inicios, el sistema solar era muy diferente a cómo es en la actualidad. Hoy únicamente la Tierra contiene agua líquida, fundamental para el desarrollo de la vida. Sin embargo, hace unos 3.500 millones de años Marte y Venus también pudieron tener las mismas condiciones ya que los tres mundos habitan en la llamada zona de habitabilidad.
Tal como informa La Voz de Galicia, el mejor
candidato para haber contenido antaño alguna forma de vida sigue siendo el
planeta rojo. Esto explica el interés de la ciencia por enviar misiones a la
superficie marciana y tratar de encontrar alguna prueba que confirme que hubo
seres vivos. «Sabemos que el hemisferio norte estuvo cubierto por un gran
océano, que había lagos, se producía interacción entre las rocas y el agua y
que la química era muy similar a la de nuestro planeta», explica Carlos
Briones, investigador del Centro Nacional de Astrobiología.
De la misma forma que la vida apareció en la Tierra
pudo hacerlo también en Marte. Esa es la hipótesis que baraja la comunidad
científica y que tiene que demostrarse. En este sentido, se acaba de publicar
un importante artículo en la revista Proceedings of the National Academy of
Sciences of the United States of America (PNAS). El róver Curiosity, que lleva
explorando el suelo marciano desde el año 2012, encontró una roca que contiene
carbono enriquecido en isótopos ligeros. Una muestra que refuerza la idea de
que pudo haber una vida en el pasado de Marte. «Los isótopos son formas de un
mismo elemento con distinta masa. El carbono tiene tres: el carbono 12, 13 y
14. El más abundante en la naturaleza es el carbono 12. Cuando se analiza una
roca se mide la diferencia que hay entre el 12 y 13 para poder intuir si el
origen del carbono que contiene es biológico o geológico», sostiene Briones.
Los seres vivos en la Tierra tienen tendencia a
fijar los isótopos más ligeros. Las plantas, por ejemplo, cuando realizan la
fotosíntesis fijan dióxido de carbono del aire y forman materia orgánica que
tiene mucho carbono 12. «Lo que Curiosity ha descubierto en Marte es una zona
donde hay unas rocas que contienen más carbono 12 que en el resto de las
regiones analizadas. Eso podría sugerir que ahí hubo un proceso biológico»,
destaca el investigador.
Este hallazgo resulta de lo más prometedor, pero los
propios autores ponen las cosas en su sitio. Son los primeros en reconocer que
no se trata ni mucho menos de una prueba directa. «Hay otras hipotésis para
explicar esa abundancia. Por ejemplo, polvo cósmico que pudo haber quedado
atrapado o meteoritos que impactaron y que tenían una relación diferente entre
los isótopos del carbono. Es decir, la vida tiene preferencia por el carbono
12, pero no es la única forma de obtenerlo», aclara Briones.
En cualquier caso, siempre hay margen para soñar
porque lo cierto es que este artículo científico es bastante sólido. «Los
investigadores llegan a decir que la cantidad de carbono 12 respecto al 13 se
parece a la que hay en rocas de Australia de hace 2.700 millones de años y que
sí tienen una fuente biológica. Es decir, incluyen comparaciones con la Tierra
que refuerzan el contenido del artículo. No hay nada, por tanto, que
deslegitime este hallazgo. Lo malo es cuando se sacan conclusiones erróneas y
se quiere ir más allá de lo que realmente dice el artículo», advierte.
Tratar de encontrar vida en otros planetas no deja
de ser una tarea detectivesca. Se ha encontrado una pista muy interesante, pero
resulta insuficiente para llegar a una conclusión y resolver el caso. «Habrá
que realizar nuevas mediciones en otras zonas para hacer réplicas del
experimento que ha servido para detectar ese carbono 12. Y sería interesante que
otros instrumentos del Curiosity pudieran analizar la composición química de
esas muestras rocosas para ver qué tipo de moléculas puede haber. Si alguna
está relacionada con la biología sería otra prueba que reforzaría la tesis del
origen biológico», concluye Briones.
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