Las lunas podrían ser la clave para que los planetas alberguen vida
Las lunas podrían ser un elemento crucial para que un planeta tenga la capacidad de albergar vida: según un nuevo estudio, los satélites naturales deben ser grandes en proporción al tamaño del planeta anfitrión, para que las posibilidades de hallar vida se incrementen.
En una nueva investigación publicada recientemente
en la revista Nature Communications, los astrónomos de la Universidad de
Rochester, en Estados Unidos, examinaron las formaciones lunares y concluyeron
que solamente ciertos tipos de planetas pueden formar lunas que son grandes con
respecto a su tamaño. Al comprender las formaciones lunares, los investigadores
tienen un mejor parámetro al buscar planetas similares a la Tierra y
potencialmente habitables.
Según una nota de prensa, debido a que nuestra Luna
es tan importante para la vida en la Tierra, los científicos conjeturan que una
luna puede ser una característica potencialmente beneficiosa para albergar vida
en otros planetas y exoplanetas. La mayoría de los planetas tienen lunas, pero
la Luna de la Tierra se distingue porque es grande en comparación con el tamaño
de nuestro planeta azul.
La Luna es y ha sido un elemento primordial para
lograr que la Tierra sea el planeta que conocemos actualmente, rebosante de
vida: nuestro único satélite natural controla la duración del día y las mareas
oceánicas, que a su vez afectan los ciclos biológicos de los diferentes tipos
de organismos vivos. Al mismo tiempo, contribuye al clima de la Tierra al estabilizar
el eje de rotación del planeta, ofreciendo un ambiente perfecto para que la
vida se desarrolle y evolucione.
Frente a esto, no resulta descabellado pensar que
otras lunas podrían cumplir funciones similares en lejanos sistemas
planetarios, incluso por fuera del Sistema Solar. Para la científica Miki
Nakajima, líder del grupo de investigadores, la búsqueda de exoplanetas
generalmente se ha centrado hasta hoy en astros con más de seis masas
terrestres. Sin embargo, Nakajima y su equipo proponen en su estudio que
deberíamos buscar y estudiar planetas más pequeños, porque probablemente sean
mejores candidatos para albergar lunas grandes en relación con su tamaño.
Las llamadas exolunas, o sea los satélites naturales
que orbitan planetas fuera de nuestro Sistema Solar, deberían estar en todas
partes, según indican las principales teorías. A pesar de esto, los astrónomos
aún no han logrado confirmar ninguna de ellas, solo se han identificado unas
pocas candidatas. Los especialistas estadounidenses creen que su estudio ofrece
restricciones y parámetros que serán útiles para futuras observaciones,
incrementando las posibilidades de hallar exolunas y planetas similares a la
Tierra.
Todo indica que el tamaño grande de la Luna de la
Tierra se debe a las condiciones de su formación. Hace aproximadamente 4.500
millones de años, la proto-Tierra, o sea nuestro planeta en sus primeras etapas
de desarrollo, colisionó contra un cuerpo del tamaño de Marte. El impacto
provocó la formación de un disco parcialmente vaporizado alrededor de la
Tierra, que finalmente se convirtió en nuestra Luna.
Buscando condiciones similares en otros sistemas
planetarios, los científicos realizaron estudios y simulaciones por ordenador.
Descubrieron que si el planeta es demasiado masivo, estos impactos producen
discos compuestos únicamente de vapor, porque los impactos entre planetas
masivos son generalmente más energéticos que aquellos que se producen entre
planetas pequeños. Si los discos son totalmente vaporizados, no pueden generar
la formación de lunas de gran tamaño.
En consecuencia, concluyeron que los planetas
rocosos de más de seis veces la masa de la Tierra, al igual que los planetas
helados de más de una masa terrestre, producen discos completamente
vaporizados, en lugar de estructuras parcialmente vaporizadas. A partir de
estos datos, creen que las nuevas tecnologías para la búsqueda de exoplanetas
deberían aprovecharse para intentar identificar mundos más pequeños, entre los
cuales se podrían encontrar lunas de mayor tamaño.
.-
Referencia :
Large planets may not form fractionally large moons. Miki Nakajima et al.
Nature Communications (2022).
.-
Comentarios
Publicar un comentario