Detectan agujeros negros supermasivos fusionándose en otros nuevos
En 2019, la colaboración LIGO/VIRGO capturó la señal
de ondas gravitacionales de la conexión del agujero negro, convirtiéndola en
una de las más exitosas. Llamado ‘GW190521’, genera una señal muy grande,
distante y muy poderosa que nunca ha sido detectada y aparece ‘pop’ en lugar
del ‘jarabe’ habitual en los datos.
Además, el nuevo agujero negro formado como
resultado de la fusión es unas 150 veces más pesado que nuestro Sol, lo que
convierte a GW190521 en la primera observación directa del agujero negro de
masa media. Aún más extraño, la fusión de dos agujeros negros es solo en la
órbita elíptica (no circular), y el eje de su rotación está más inclinado de lo
normal a esas órbitas.
Los físicos no quieren enfrentarse a acertijos
interesantes que no encajan exactamente en la teoría establecida, y GW190521 se
los presenta. Nuevas simulaciones teóricas muestran que todas estas extrañas
características pueden explicarse por la presencia de un agujero negro en la
danza final del sistema binario para crear una «danza caótica». Nuevo papel
Publicado en la revista Nature.
El 21 de mayo de 2019, los detectores de detección
captaron la señal de la conexión binaria del agujero negro: cuatro oscilaciones
cortas de menos de una décima de segundo. Cuanto más corta es la señal, mayor
es la masa de los agujeros negros convergentes, en este caso, 85 y 66 masas
solares, respectivamente. Los agujeros negros se fusionan en nuevos agujeros
negros, que son más grandes que aproximadamente 142 masas solares y emiten un
equivalente de 8 masas solares, por lo que el detector capta una señal fuerte.
Lo que hace que este fenómeno sea extraordinario es
que la medición de 142 masas solares está en el centro del agujero negro,
llamado «brecha de masa». La mayoría de estos objetos se dividen en dos grupos:
agujeros negros de masa estelar (que van desde unas pocas masas solares hasta
diez masas solares) y los agujeros negros más grandes en el centro de nuestra
galaxia, la Vía Láctea (cientos de miles). Miles de millones de masas solares).
El primero es el resultado de la muerte de una superestrella en el colapso de
una supernova, mientras que el segundo es un misterio.
El hecho de que un ancestro común de los agujeros
negros tuviera 85 masas solares también es muy inusual y contradictorio con los
modelos evolutivos estelares actuales. El tipo de estrella que forma el agujero
negro entre 65 y 135 masas solares no se convierte en supernova, y por tanto no
acaba como agujero negro. Por el contrario, estas estrellas se vuelven
inestables y pierden su masa. Solo entonces se convertirán en una supernova,
pero el resultado será un agujero negro con una masa de menos de 65 masas
solares.
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