El oxígeno detectado en el cometa 67P es solo un espejismo
La sorprendente abundancia de oxígeno molecular
detectada por la misión Rosetta de la ESA en el cometa
67P/Churyumov-Gerasimenko allá por 2015 puede ser solo una apariencia.
Un nuevo
análisis, dirigido por el científico planetario Adrienn Luspay-Kuti en el
Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins, muestra
que el descubrimiento de Rosetta puede no ser tan extraño como los científicos
imaginaron por primera vez. En cambio, sugiere que el cometa tiene dos
depósitos internos que hacen que parezca que hay más oxígeno del que realmente
hay.
"Es
una especie de ilusión", dijo en un comunicado Luspay-Kuti. "En
realidad, el cometa no tiene esta gran abundancia de oxígeno, al menos no en lo
que respecta a su formación, pero ha acumulado oxígeno que queda atrapado en
las capas superiores del cometa, que luego se libera de una vez".
Si bien es común en la Tierra, el oxígeno molecular
(dos átomos de oxígeno doblemente unidos entre sí) es notablemente poco común
en todo el universo. Se une rápidamente a otros átomos y moléculas,
especialmente a los átomos universalmente abundantes de hidrógeno y carbono,
por lo que el oxígeno aparece solo en pequeñas cantidades en unas pocas nubes
moleculares.
Ese hecho llevó a muchos investigadores a concluir
que cualquier oxígeno en la nebulosa protosolar que formó nuestro sistema solar
probablemente había sido recogido de manera similar.
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