Los dos polos se calientan a la vez: alcanzan un calor “sin precedentes” de hasta 40ºC más de lo normal
Los
dos extremos de la Tierra se calientan. Las mediciones de este último fin de
semana muestran que tanto el Polo Sur como el Polo Norte han atravesado de manera
simultánea temperaturas de hasta 40ºC por encima de lo normal para esta época
del año.
La
Antártida debería estar enfriándose después de su verano, que comienza a
finales de diciembre y llega a su fin en la última semana de marzo. El Ártico,
por su parte, debería estar saliendo de su invierno a medida que los días se
hacen más largos. Y, sin embargo, ambos extremos polares muestran un
calentamiento simultáneo.
Para
los científicos, este aumento de temperaturas es una advertencia en mayúsculas.
El mundo se está calentando y no sólo en las regiones más frías de la Tierra.
En los últimos dos años muchas regiones del mundo vivieron olas de calor
intensas, con récords históricos que abrasaron regiones del Mediterráneo o
América del Norte. Pero también en el Ártico, que el verano pasado alcanzó su
mayor temperatura, con hasta 38ºC.
Los
nuevos datos de temperaturas en ambos polos sorprendieron a los científicos del
Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve en Boulder, Colorado. Como recoge The
Washington Post, los niveles que reflejaron los termómetros en zonas como la
Antártida este fin de semana se habrían considerado “imposibles” e
“impensables”.
Los
expertos en la materia han comparado este episodio vivido en ambos polos a la
vez como un evento equiparable al sucedido en el Ártico durante el verano
pasado, respecto al que los propios científicos concluyeron que fue debido al
cambio climático. Incluso hasta los lugares más inhóspitos no escapan a los
efectos del calentamiento global.
El
Ártico, que se ha estado calentando dos o tres veces más rápido que el resto
del mundo, ha estado estado experimentando temperaturas inusuales para el mes
de marzo. Con estos niveles se ha acercado e, incluso, ha llegado a estar en el
punto de fusión.
Pero,
además, en el Polo Sur, las estaciones meteorológicas de la Antártida también
registraron récords esta semana. Las temperaturas alcanzaron -12,2ºC el
viernes, 40ºC por encima de lo normal, en la estación Concordia, que se
encuentra a unos 3.200 metros sobre el nivel del mar. Allí, rara vez superan
los -25ºC en verano y bajan hasta los -80ºC en invierno. Con los nuevos
niveles, se ha superado el máximo de diciembre de 2016, en -13,7ºC.
Ese
mismo día, las temperaturas alcanzaron los 0ºC en la estación Vostok (también
en la Antártida), aún más alta, superando su récord histórico en 65 años de
mediciones. Como asegura Sefano Di Battista, investigador sobre el clima
antártico, a The Washington Post, “en unos 65 años en Vostok, entre marzo y
octubre, nunca se observaron valores superiores a -30°C ”.
Detrás
de este episodio, los expertos hablan de “un gran río atmosférico”, que
transporta aire caliente y húmedo desde regiones tropicales hacia estas
latitudes. Al final, el planeta utiliza sus mecanismos para compensar los
contrastes entre el ecuador y los polos, y este es uno de ellos. No obstante,
si persiste –aseguran– puede ser un fenómeno del que preocuparse, porque no
sería una buena señal.
Este
aumento de las temperaturas en los polos es algo de lo que ya se ha estado
alertando desde el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático
(IPCC) de Naciones Unidas. Con más severidad, si cabe, en el último informe
dado a conocer el pasado verano.
Estos
niveles en las zonas más frías de la Tierra suponen una advertencia sobre la
interrupción de los sistemas climáticos. Las consecuencias de que se calienten
estos lugares son en primer lugar, el deshielo polar, lo que deja tras de sí
una cascada de eventos y fenómenos que aceleran el colapso.
La
propia naturaleza del hielo convierte estas zonas en especialmente sensibles, y
la emisión de gases de efecto invernadero está provocando ya no sólo el
derretimiento, sino su oscurecimiento. Esto último, tiene consecuencias en que,
al ser menos blanco, en lugar de reflejar la luz del sol, la absorbe y se
genera un doble calentamiento.
Por
tanto, a medida que el hielo marino polar se derrite, particularmente en el
Ártico, aumenta el nivel de un mar que absorbe más calor que el hielo
reflectante, lo que calienta aún más el planeta. Además, gran parte del hielo
antártico cubre ahora la tierra y su derretimiento elevaría en niveles
drásticos el nivel del mar.
Por
este motivo, las alertas de la ciencia sobre poner solución y reducir la
emisión de gases de efecto invernadero se vuelve urgente. Más, si cabe, ante la
producción de fenómenos como el vivido este pasado fin de semana en los dos
polos: las zonas más frías calentándose a la vez.
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