El radiotelescopio más grande del mundo por fin buscará señales de vida inteligente en el espacio

 

En pleno desierto de Nuevo México, el Very Large Array (VLA) Karl G. Jansky es el mayor conjunto de radiotelescopios del mundo capaz de operar en frecuencias de microondas. Su silueta, con 27 gigantescas radioantenas, es muy popular desde que apareció en la película Contact, estrenada en España en 1997, en la que Jodie Foster interpretaba a una científica que conseguía contactar con los alienígenas a través de señales de radio. Curiosamente, el VLA nunca había formado parte de un esfuerzo de búsqueda de vida inteligente extraterrestre en la vida real, pero eso está a punto de cambiar.

El Instituto SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence por sus siglas en inglés), a través de su iniciativa COSMIC, ha anunciado que cuenta por primera vez con el apoyo del VLA para su labor de durante 24 horas al día y los 7 días de la semana, después de la instalación de amplificadores de fibra óptica en todas las antenas del radiotelescopio de Nuevo México.

Esa instalación permitirá a los más de cien científicos del SETI acceder a una copia completa e independiente de los flujos de datos del VLA. Ahora, el principal objetivo técnico es desarrollar el código de alto rendimiento de la GPU (Unidad de Procesamiento Gráfico) del radiotelescopio para analizar en profundidad la posible presencia de cualquier tipo de tecnofirmas, es decir, evidencias de tecnología alienígena o señales procedentes de otras partes del universo no causadas por fenómenos naturales.

"Disponer de todas las señales digitales del VLA es un hito muy importante", aseguró en un comunicado de prensa Jack Hickish, jefe de Instrumentación Digital de COSMIC en el Instituto SETI. "Es fantástico haber superado los retos de la creación de prototipos, las pruebas, la adquisición y la instalación —todo ello durante una pandemia mundial y en un momento de escasez de semiconductores— y estamos entusiasmados de poder pasar a la siguiente fase, que consistirá en procesar los muchos terabytes de datos a los que ahora tenemos acceso".

Esta nueva iniciativa estará plenamente operativa a principios de 2023, cuando se converitrá en el programa de observación más ambicioso realizado hasta la fecha en el hemisferio norte, con la potencia necesaria para estudiar 40 millones de sistemas estelares de la Vía Láctea en dos años.

"Podremos monitorizar millones de estrellas con una sensibilidad lo suficientemente alta como para detectar un transmisor tipo Arecibo (el radiotelescopio de Puerto Rico que colapsó en 2020) hasta una distancia de 25 parsecs (81 años-luz), cubriendo un rango de frecuencias de observación de 230 MHz a 50 GHz", aseguró Cherry Ng, otro de los científicos que participan en el proyecto COSMIC. "Eso incluye muchas partes del espectro que aún no han sido exploradas en busca de señales de vida inteligente extraterrestre".

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