Así se comunican las madres orangután con sus crías
La personalidad puede muchas veces más que el
contexto social. Ocurre entre los seres humanos, y por lo que acaba de mostrar
un estudio científico, también entre los orangutanes. Los investigadores han
concluido que el comportamiento comunicativo y la capacidad de respuesta social
de los orangutanes varían entre individuos y, al mismo tiempo, también son
flexibles. Así, las madres orangután difieren no solo en la composición de su repertorio
de gestos dirigidos a sus crías, sino también en sus tácticas comunicativas,
como la repetición gestual o la respuesta a las demandas de los cachorros.
La primera duda que suele surgir es si los
orangutanes tienen personalidad. Los científicos consideran que sí, pues
consideran a esta especie, junto con los chimpancés, los gorilas y los bonobos,
"personas no humanas".
Los individuos de estas especies mantienen lazos
afectivos, razonan, sienten, enferman física y psicológicamente en cautiverio, toman
decisiones, son capaces de resolver problemas, poseen autoconciencia y
percepción del tiempo, lloran las pérdidas, aprenden, se comunican y son
capaces de transmitir lo aprendido en sistemas culturales complejos, como el de
los humanos.
Un equipo suizo-alemán, dirigido por la científica
del comportamiento Marlen Fröhlich, del Centro Senckenberg para la Evolución
Humana y el Paleoambiente de la Universidad de Tübingen (Alemania) ha estudiado
las interacciones madre-hijo en los orangutanes.
El grupo investigador prestó especial atención a las
diferencias individuales y la flexibilidad en las estrategias de comunicación
de las madres orangutanes, que estudiaron tanto en la naturaleza como en los
zoológicos.
Diferentes
tácticas comunicativas
En su artículo, publicado en la revista ‘Proceedings
of the Royal Society B’ y titulado ‘Variación individual y plasticidad en la
comunicación dirigida al bebé de las madres orangután’, los investigadores
revelan que las simias ajustan su comunicación individualmente a diferentes
contextos sociales, de manera similar a como hacen los humanos.
Las diferencias existen no solo en la composición
del repertorio gestual de las madres, sino también en sus tácticas
comunicativas y en sus respuestas a las demandas de sus jóvenes, independientemente
del entorno.
Los orangutanes suelen encontrarse en la naturaleza
solos o en grupos muy pequeños. Los lazos duraderos sólo existen entre las
madres y sus crías. Pero este vínculo particular dura mucho tiempo: una madre
orangután pasa hasta nueve años preparando a sus crías para que vivan solas.
"La relación madre-hijo en los orangutanes es,
por lo tanto, ideal para nuestro estudio de la comunicación intraespecífica en
los grandes simios", explica Marlen Fröhlich. "A pesar de su
reputación como 'simios solitarios', los orangutanes tienen un rico repertorio
de habilidades táctiles y visuales y de gestos, tanto en cautiverio como en la
naturaleza, que utilizan en una variedad de contextos sociales", destaca
Fröhlich y sus compañeros de investigación
analizaron el grado en que el comportamiento comunicativo de los orangutanes
varía entre individuos y cómo se ajusta simultáneamente a diferentes
condiciones sociales.
"Con este fin, estudiamos las diferencias en
los repertorios dirigidos a bebés de las madres orangután. Lo hicimos
analizando la similitud de los gestos entre madres individuales que viven en
cautiverio o en la naturaleza", explica
Además, el equipo analizó cómo cambian los patrones
de comunicación de las hembras de orangután en diferentes contextos sociales,
por ejemplo, al compartir comida o al jugar con otros individuos.
Flexibilidad
conductual
Los investigadores analizaron 4.839 grabaciones de
vídeo de 13 orangutanes de Borneo (Pongo pygmaeus) y otros tantos de Sumatra
(Pongo abelii). Partieron de la base de que el éxito de las madres primates en
la crianza puede depender de su capacidad para reconocer y responder
adecuadamente a las señales de sus crías, así como para guiar y coordinar,
mediante el uso de señales, el comportamiento de los cachorros.
"Como una de las formas más efectivas de
influir en el comportamiento de los demás, la comunicación es el pegamento que
une a las madres y las crías, lo que se vuelve más evidente en la coordinación
de las rutinas diarias, como la alimentación y los viajes conjuntos",
recoge el estudio.
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