Un perro labrador salva la vida a un alpinista atrapado en el Glaciar Martial
Tango, un perro ovejero alemán experto en el rescate
de personas en situaciones de riesgo, consumó una de sus más grandes hazañas
desde que fuera entrenado para tal fin, al lograr encontrar a un esquiador que,
durante más de una hora, permaneció enterrado debajo de un metro y medio de
nieve, como consecuencia de una avalancha que tuvo lugar en el Glaciar Martial,
Tierra del Fuego.
Todo se desencadenó cuando un gran desprendimiento
de nieve se deslizó montaña abajo, tomando por sorpresa a dos jóvenes que
practicaban esquí de travesía, en medio de una jornada con nevadas
intermitentes y con muy bajas temperaturas.
Así, si bien a pesar de que a uno de esquiadores se
le trabó el esquí contra una roca, logró eludir la avalancha de nieve, sufrió
numerosos golpes y, tras advertir que su compañero no estaba a su lado, comenzó
pedir ayuda a los gritos, ante lo cual,
integrantes de la Comisión de Auxilio de Ushuaia dispusieron inmediatamente un
operativo de búsqueda con base en la parte inferior del mencionado glaciar.
Uno de los primeros rescatistas en acudir al llamado
de emergencia fue el cabo primero del Cuartel de Bomberos "2 de
abril", Julián Elizari, quien lo hizo en compañía de su perro
"Tango", un labrador de 10 años especialmente entrenado en la
búsqueda de personas para casos de avalanchas o estructuras colapsadas.
"Estábamos en medio de una cena. Yo siempre
tengo la mochila preparada. La familia ya sabe. Uno te pasa el pantalón de
invierno, otro las linternas. Tango se pone a saltar, porque para él es un
juego”, relató Elizari, a Télam.
“Cuando el muchacho que pidió auxilio me marcó el
lugar, Tango empezó a hacer su trabajo. Recorrió unos 10 metros y empezó a
ladrar y a rascar la nieve. Lo había encontrado. Empezamos a escarbar con
cuidado, con palas y con las manos. Hasta Tango ayudó. La nieve estaba muy
compacta y húmeda. De repente encontramos una mano. Estaba quieta y temimos lo
peor", agregó el bombero voluntario y rescatitas de 57 años
Afortunadamente, una vez que lograron destapar el
cuerpo que estaba enterrado un metro y medio bajo la nieve, se dieron cuenta de
que el joven estaba con vida ya que movía los dedos, por lo que, tras
asistirlo, lo trasladaron de urgencia hasta un centro médico cercano.
"La verdad es que no sé cómo sobrevivió.
Fácilmente estuvo más de una hora enterrado hasta que lo encontró Tango. No
había una burbuja de aire con el exterior y calculo que la nieve que tenía
encima pesaba unos 200 kilos", concluyó el dueño de Tango, el gran héroe
de esta historia.
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