Cuando las ballenas caminaban por la Tierra hace 43 millones de años
Hubo vida en la tierra desde que el planeta era lo
suficientemente frío y estable para albergar vida. Antes de eso era una bola de
fuego, gases y meteoritos. Los tiempos son de tal magnitud, que es difícil de
comprender, se considera que desde hace unos 3.500 millones de años hay vida en
el agua o mar de esa época.
No solo que los tipos de vida han ido cambiando,
sino que la superficie del planeta ha cambiado también. Millones de años atrás
los continentes estaban regados sobre el planeta y se movían o flotaban de un
lado al otro. Se conoce que existió un supercontinente llamado Pangea hace 335
millones de años, pero poco a poco se separó y los continentes se volvieron lo
que hoy conocemos. Los continentes se mueven, hoy en día, a un ritmo de 2,5 cm
por año.
En cada parte de la tierra hay animales. Millones de
años atrás, al unirse diferentes ambientes se produjeron mutaciones en los
seres vivientes. Los fósiles más antiguos del planeta, hace 400 millones, han
sido encontrados en los sedimentos marinos.
Cuando el medioambiente cambia, ocasionalmente, se
producen cambios genéticos y los recién nacidos tienen estos nuevos rasgos:
esto se llama mutación. Muchas de las mutaciones hacen a los animales menos
capacitados para sobrevivir. En todo caso, en situaciones especialísimas, los
hacen más fuertes al ambiente y tienen alguna ventaja. Este proceso se llama
selección natural de las especies, y es así como la evolución trabaja. En
resumen el cambio ambiental combinado con la selección de las especies ha
producido una gran variedad de vida sobre la Tierra.
La idea de evolución en la que un ser viviente
cambia a otro se la conoce desde hace mucho tiempo. El científico británico
Charles Darwin, 1809-1882, es quien introdujo con su libro titulado El origen
de las especies, que fue publicado en 1859, este concepto de evolución.
Darwin no imaginó la evolución como una sola línea,
con un animal cambiando a otro y luego a otro. Más bien lo vio como un árbol
lleno de ramas principales y secundarias donde había varias líneas que se
bifurcaban en diferentes direcciones. La mayoría de ellos se extinguieron, pero
algunos continuaron y sobrevivieron. Cada rama sobreviviente era capaz de
dividirse en más ramas. Obviamente esto es basado en evidencia fósil, con lo
que los académicos buscan características en diferentes animales para luego
encajarlos en una escala de tiempo geológica.
Entre los miles de años y decenas de especies que
han poblado nuestro planeta, me voy a permitir hablar de una especie, que por
su tamaño provoca respeto y curiosidad, las ballenas, el animal más grande de
nuestro planeta. Su corazón pesa una tonelada, en sus arterias un ser humano
podría nadar, su lengua es tan pesada como un elefante, pero sus
características de tamaño solo han existido durante los últimos dos millones de
años. Hace cincuenta millones de años, sus ancestros se veían muy diferentes.
Comenzaremos nuestro viaje en el eoceno, con un
animalito del tamaño de un gato. Correteando a lo largo de la orilla de
helechos de un río tropical en lo que ahora es Pakistán. El indohyus, que
pertenece al grupo que evolucionó en ballenas. En ese momento el área estaba
formada por pantanos, deltas y lagunas y durante millones de años los ancestros
de las ballenas vivieron allí. Tenían estas ballenas cuatro patas y pasaban
mucho tiempo en el agua, tal vez para evitar depredadores. En Perú se encontró
un fósil de una ballena de 43 millones de años que aún podía caminar sobre la
tierra con cuatro patas. El animal se parecía un poco a una nutria o un castor
con una cola para nadar.
.-
Comentarios
Publicar un comentario