Neil Armstrong, diez años sin uno de los grandes héroes de la Humanidad
El nombre de Neil Armstrong evoca la primera huella
humana en la Luna y una de las frases más famosas de la historia. Una hazaña
que le convirtió en icono del siglo XX y héroe estadounidense, honores que
consideraba injustificados y de los que prefirió huir.
El 25 de agosto de 2012 y por las complicaciones de
una cirugía de baipás coronario murió en Cincinnati (EE.UU.), a los 82 años, el
astronauta más famoso del mundo, cuya auténtica pasión desde niño fue la
aviación, de hecho, logró la certificación de piloto con 16 años, antes que el
carné de conducir.
Armstrong no se sintió cómodo con la fama que
llevaba asociado ser, en julio de 1969, la primera persona en pisar la Luna.
Tenía 38 años y dos más tarde se retiró de la NASA para dar clases de
ingeniería espacial en la Universidad de Cincinnati y se mudó a una granja.
Reacio a hablar con la prensa, se puede rastrear
quién era y cómo vivió aquel momento histórico a través de las escasas
entrevistas que concedió, los recuerdos de sus compañeros de la NASA, de sus
hijos, Erick y Mark, y de su biógrafo James R. Hansen.
"Uno de
los tipos más humanos que he conocido en mi vida", destacaba James Lovell,
comandante del Apolo 13 -el de "Houston, hemos tenido un problema"-.
"Se veía a sí mismo como el resultado del trabajo de un gran equipo de
personas", en palabras de John Glenn, el primer estadounidense en orbitar
la Tierra.
Además, era "modesto y reservado", podía
ser extrovertido en algunos momentos, pero "no siempre decía lo que
pensaba". "Tratar de sacar su verdadero carácter a la superficie es
un reto", según su biógrafo y autor de 'El primer hombre'.
Armstrong dijo, en una entrevista en 2005, que no es
que no estuviera preparado para la fama, que consideraba "una
bendición" y "una carga", sencillamente "no la
merecía". Según su relato, él no fue elegido para ser el primero.
"Solo lo fui para comandar aquel vuelo y las circunstancias me pusieron en
ese papel concreto".
La NASA elegía las rotaciones de equipos que
desempeñarían las misiones, pero el contenido concreto dependía de los logros
alcanzados por las anteriores y a él le tocó una que marcaría a cualquiera de
por vida.
Pero lo que realmente marcó la de Armstrong fue la
pérdida de su hija, Karen, de dos años por un cáncer, en 1962. "Pensé que
lo mejor para mí en esa situación era seguir con mi trabajo". Ese año fue
seleccionado para el cuerpo de astronautas de la NASA, del que entonces era el
único civil.
..
Comentarios
Publicar un comentario