China oculta el desarrollo de un potente reactor nuclear para propulsar sus naves espaciales

 

Varios medios chinos digitales han publicado y luego borrado informaciones sobre un nuevo reactor nuclear desarrollado por investigadores del país asiático y que ya estaría cerca de estar finalizado. El reactor, con una capacidad de un megavatio de potencia, serviría para dotar de electricidad y propulsar las naves de sus futuras misiones espaciales.

Según apunta Space News, varios medios chinos aseguraron hace unos días que el reactor ha superado una exhaustiva evaluación de rendimiento organizada por el Ministerio de Ciencia y Tecnología del país asiático. La noticia ya no se puede ver publicada en esos medios, sin embargo todavía se puede pude encontrar en esta entrada de Archive.org. Aunque estas informaciones no han detallado el uso exacto que China le quiere dar al nuevo reactor, estos sistemas de propulsión nuclear se están estudiando por varios países, como EEUU, Rusia y la propia China, para sortear las limitaciones que tienen los paneles solares y los combustibles químicos a la hora de ampliar los horizontes de la exploración espacial más allá de la Luna y llegar a otros planetas.

El medio hongkonés South China Morning Post (SCMP) ya habló a finales del año pasado de este reactor y aseguraba que la fase de prototipo ya estaba finalizada por aquél entonces. Además, aseguraban, que los ingenieros ya habían construido algunas de sus piezas más importantes.

Según el SCMP, el proyecto del minireactor comenzó en 2019 con financiación del gobierno central chino. Como contó el diario hongkonés en su momento, y ahora corroboran otros medios chinos, el reactor seria el más potente de los que se ha propuesto hasta la fecha, alcanzando una potencia de un megavatio.

Debido a su tamaño compacto, el sistema funciona a una temperatura mucho más alta que los reactores de la Tierra, así que para solventar este problema cuenta con un sistema de refrigeración con litio líquido que asegura una mayor eficiencia en la generación de energía. Según explicaron los investigadores en su momento, sólo una parte del calor generado por el reactor se utilizaría para producir electricidad, el resto debe disiparse rápidamente en el espacio para evitar daños. Por eso optaron por diseñarlo con una estructura plegable, similar a un paraguas, que aumenta la superficie total de los radiadores de calor residual. Como en el espacio no se pueden hacer revisiones del reactor como se hace con las centrales nucleares aquí en la Tierra, los investigadores tuvieron que construirlo con materiales más duraderos que pudieran soportar mejor la erosión provocada por la reacción durante más tiempo.

China ha acumulado mucha experiencia en los últimos años usando energía nuclear para sus misiones espaciales. El módulo de aterrizaje Chang'e 3, por ejemplo, utilizó un generador nuclear alimentado con plutonio para sobrevivir las bajísimas temperaturas de las noches lunares. Un artículo publicado en la revista Scientia Sinica Technologica explica el plan de China de explorar Neptuno, Tritón (su luna más grande) y sus otros satélites y anillos con una nave de propulsión nuclear de 10 kilovatios.

El estudio de Neptuno nos puede dar pistas cómo se desarrolló el sistema solar.

Además de la tecnología nuclear, China ha estado experimentando con otros sistemas para ampliar sus capacidades de transporte espacial. Ha desarrollado con éxito cohetes criogénicos para facilitar las misiones a la Luna, Marte y la de su estación espacial. También está trabajando en lanzadores reutilizables, cohetes superpesados y un sistema de avión espacial reutilizable. Además, tiene un plan extremadamente ambicioso para crear motores de iones que, según la Agencia Espacial Nacional China, podrían llegar a Marte en tan solo 39 días. Como ya contamos en Novaceno, estos propulsores de iones son muy eficientes y requieren muy poco combustible. El sistema usa un campo magnético que limita el movimiento de los electrones de un elemento —xenón o kriptón— y los ioniza para acelerarlos y producir una fuerza para impulsar la aeronave.

Para conseguir la velocidad necesaria para llegar a Marte en poco más de un mes, los ingenieros chinos buscan construir un propulsor de iones de 200 megavatios. Un reto muy ambicioso teniendo en cuenta que la potencia típica de los motores de iones actuales va de uno a siete kilovatios. EEUU también está avanzando en sus planes de crear nuevas naves espaciales de propulsión nuclear y tanto DARPA, la NASA como el Departamento de Defensa están desarrollando distintos conceptos en estos momentos. Aun así, si es cierto que China ya tiene a punto su poderoso minireactor nuclear, adelantaría a EEUU en la nueva carrera espacial. Un objetivo que tienen grabado a fuego teniendo en cuenta lo que dijo el año pasado un investigador de la Academia China de Ciencias al SCMP que pidió mantener el anonimato: "La energía nuclear es la solución más esperanzadora. Otras naciones han lanzado algunos planes ambiciosos, pero China no puede permitirse el coste de perder esta carrera".

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