El calentamiento en el Ártico aumenta los incendios en el permafrost
Un estudio liderado por investigadores del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Centre de Recerca
Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF) ha demostrado que el incremento de
temperaturas en el Ártico debido al cambio climático ha hecho aumentar
exponencialmente los grandes incendios en el permafrost, una capa de subsuelo
permanentemente congelada que acumula gran cantidad de carbono.
El trabajo, publicado en la revista Science y en el
que se han hecho observaciones de satélite, ha mostrado que las temperaturas en
el Ártico "superan un umbral que comporta un crecimiento exponencial de
los incendios y las emisiones de gases con efecto invernadero", ha
informado este viernes la delegación del CSIC en Cataluña.
Los resultados han revelado que "solo en 2019 y
2020 se quemó casi la misma superficie que en las cuatro décadas
anteriores".
También ha mostrado que en 2020 se quemaron tres
millones de hectáreas, "una superficie equivalente a Bélgica", y que
la temperatura media de verano fue 2,65 grados superior a la media desde 1980.
El primer autor del trabajo, Adrià Descals, ha
afirmado que "solo en 2020 se detectaron en el Ártico siberiano 423
incendios que quemaron unos 3 millones de hectáreas, lo que provocó la emisión
de 256 millones de toneladas de CO₂ equivalente", que es similar a todo el
CO₂ emitido en España durante un año.
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El investigador añade que "con el futuro
calentamiento, estos grandes incendios serán recurrentes a finales de siglo y
tendrán diferentes implicaciones, tanto para el Ártico como para el clima
global".
Los factores de riesgo se han incrementado
En este trabajo, los científicos demuestran que los
factores de riesgo de incendio asociados a la temperatura se han incrementado
en las últimas décadas y que existe una relación exponencial entre la extensión
quemada anualmente y esos factores.
"Las temperaturas están alcanzando un umbral
crítico en el que pequeños aumentos por encima del promedio de verano de 10
grados pueden aumentar exponencialmente la superficie quemada y las emisiones
asociadas", explica el investigador Josep Peñuelas.
Descals ha alertado de que "estas anomalías en
la temperatura incrementan los factores de riesgo de incendio, por lo que las
condiciones que propiciaron los incendios de 2019 y 2020 serán recurrentes en
el Ártico a finales de siglo".
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