Steven Spielberg se disculpa por el impacto que ‘Tiburón’ tuvo en los océanos

 

En 1975, Steven Spielberg logró que los espectadores tuvieran pesadillas con los tiburones, afectando incluso a la vida habitual posterior de estos animales en los océanos. Más de 45 años después del estreno del filme Tiburón, el cineasta estadounidense ha querido pedir disculpas por el papel que supuso en la merma de la población de los escualos.

"Lamento mucho que la población de tiburones se haya visto diezmada a causa del libro y la película. Lo lamento muchísimo", ha confesado recientemente Spielberg, en declaraciones a la BBC Radio 4.

El entrevistador preguntaba al cineasta sobre cómo se sentiría viviendo en una isla desierta, provocando la alusión a las consecuencias que tuvo Tiburón. "Una de las cosas que siempre he temido no ha sido ser devorado por un tiburón, sino que los tiburones estén enfadados conmigo por el frenesí alimenticio de los pescadores deportivos dementes, producido después del filme de 1975".

 Una población de animales que llegó a verse incluso reducida en un 71% en la década de los 70, debido a la pesca sin miramientos y la romantización de su caza. Un hecho que realmente comenzó con el lanzamiento de la novela homónima de Peter Benchley en 1974, que sirvió de base para la construcción de la exitosa (y terrorífica) franquicia.

El autor de la obra literaria también se mostró consternado en el pasado por el efecto causado tras su publicación, que se inspiró a la vez en un capítulo puntual sucedido en Nueva Jersey (EE UU) en 1916. Una época en la que cuatro personas murieron en tan solo doce días a causa de un tiburón, provocando que el cazatiburones Frank Mundus tuviera que inmiscuirse en el asunto.

Pero, pese a esta imagen maligna creada para causar horror en la audiencia, lo cierto es que los tiburones no son animales tan peligrosos como se nos ha hecho pensar. Es cierto que los tiburones son eficientes cazadores, pero sus accidentes con humanos son escasos y suelen causarse como activo defensivo o confusión con sus verdaderas presas. De hecho, "las posibilidades de morir de gripe son 1 entre 63 mientras que las de muerte por ataque de tiburón son de 1 entre 3,700,000", según National Geographic.

Durante décadas, los biólogos marinos mantuvieron una postura crítica contra la construcción del tiburón en la película y la percepción que había generado entre los espectadores. Un estreno relacionado directamente con el número reducido de tiburones en la actualidad.

"Después de la película, miles de personas salieron en barcos a cazar tiburones para tenerlos como trofeos", declaraba en 2015 a la BBC George Burgess, director del Programa de Protección del Tiburón en Florida, EE UU. "Cualquier barcaza que soportara un pez grande podía. Y no había remordimientos porque estaba la idea de que esos animales eran asesinos".

Ahora, las palabras de justicia de Spielberg llegan en un momento en el que promociona The Fabelmans- estreno el 10 de febrero de 2023 en España-, su nueva película semibiográfica donde ha postrado su lado más íntimo. Un lanzamiento que está provocando que nos regale numerosos titulares estos días.

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