El cometa de los últimos neandertales se acerca a la Tierra: cuándo y cómo verlo

Un cometa proveniente del Sistema solar exterior se acerca estos días a la Tierra por primera vez en unos 47.000 años. En su primera visita, los ahora extintos neandertales todavía estaban en el mundo y nuestra especie, Homo sapiens, fabricaba herramientas que darían nombre a la Edad de Piedra. La mayor aproximación de la roca se producirá el 1 de febrero, cuando se encuentre a 0,28 UA -110 veces la distancia que nos separa de la Luna-, lo que se traduce en algo más de 42 millones de kilómetros. Pero, por culpa de las fases de la Luna, serán las noches de esta semana las más adecuadas para observarlo en el cielo.

El objeto C/2022 E3 (ZTF) fue descubierto el pasado marzo por los astrónomos del Zwicky Transient Facility, en el Observatorio del Monte Palomar (California), cuando se encontraba a 640 millones de kilómetros del Sol, mientras cruzaba cerca de Júpiter. A medida que se acerca a la Tierra, su brillo va en aumento. Ya es posible observarlo con prismáticos y quizás pueda verse a simple vista a lo largo de esta semana por observadores del hemisferio norte con un cielo despejado y oscuro

«Cuándo es el mejor día para observarlo es difícil de decir. Los cometas son muy imprevisibles. Su brillo depende de la actividad solar y de la posición de la Luna. Y siempre puede sorprendernos con una gran explosión de gas y polvo que lo haga particularmente brillante», explica a este periódico César González, técnico del Planetario de Madrid. Recomienda buscarlo desde esta misma noche, aprovechando la
oscuridad del cielo y no esperar al día 1 de febrero, porque la Luna estará cerca de la fase de luna llena y su luz dificultará mucho la visión. «Es como tener una enorme farola en el cielo», advierte.

En las fotos es verde, pero quien lo busque desde tierra verá una «mancha blanquecina»

Para la observación, el astrónomo recomienda ubicarse en un lugar oscuro en el campo, sin la molestia de las luces de las ciudades; utilizar prismáticos y dirigirlos hacia la zona norte del cielo con la ayuda de una carta de localización. «Hay que ir barriendo toda la zona norte del cielo hasta que aparezca algo que parece una estrella desenfocada, como si tuviera una nebulosa a su alrededor», describe.

En algunas fotos al cometa se le aprecia una tonalidad verdosa, pero a nuestros ojos se verá como una «mancha blanquecina». Tampoco llegaremos a apreciar el movimiento durante la observación, aunque sí de una noche para otra.

Por sus parámetros orbitales, los astrónomos saben que el cometa es periódico. Nos visitó hace 47.000 años y volverá dentro de otros 47.000, si otra fuerza gravitatoria no se cruza en su camino y lo desvía. «Hoy no resulta en absoluto peligroso, pero no sabemos si lo será cuando nos vuelva a visitar, porque recibe influencia gravitatoria, sobre todo de Júpiter, y podría variar su órbita y tener un rumbo directo de colisión con la Tierra».

Eso es algo que se desconoce, pero para lo que sí servirá esta visita es para saber más sobre C/2022 E3 (ZTF). Los cometas son una suerte de bolas de hielo sucio, formados por agua helada y mezclada con restos minerales y gases que pueden decirnos mucho sobre los orígenes de nuestro Sistema Solar. La mayoría se originan en los confines helados y distantes del sistema solar, desde donde salen disparados por fuerzas gravitacionales. El calor del Sol activa su superficies, de forma que comienzan a arrojar gases y y polvo de su núcleo, conocido como coma, hasta formar una larga y espectacular cola que puede extenderse kilómetros.

La roca hizo su acercamiento más cercano al sol el 12 de enero. A partir del día 1, comenzará a alejarse rápidamente de la Tierra y su observación será mucho más complicada: su brillo irá disminuyendo al tiempo que la Luna irá aumentando en luminosidad hasta convertirse en Luna llena el 5 de febrero. Entonces habrá que esperar otros 47.000 años para una nueva visita.

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