El volcán de La Palma se alimentó alternativamente de dos reservas de magma
Científicos del Instituto Geográfico Nacional (IGN)
han demostrado a través del estudio de la actividad sísmica relacionada con la
última erupción en Cumbre Vieja (septiembre-diciembre de 2021), cómo el volcán
se alimentó alternativamente de dos reservorios de magma.
La sismicidad durante los 85 días que duró la
erupción -8.652 terremotos, de los cuales más de 500 fueron sentidos por la
población, algunos en El Hierro y Tenerife- estuvo controlada por el drenaje
del magma y la interacción de ambos reservorios, sostienen los científicos del
IGN en un artículo publicado en ‘Nature Communications’.
En el trabajo ha colaborado personal del Centro de
Investigaciones de Geociencias de Alemania (GFZ-Potsdam) y las universidades de
Bremen y Potsdam.
Esta sismicidad sorprendió a la comunidad científica
por su distribución en dos grupos bien diferenciados, localizados a 12 y 35
kilómetros de profundidad bajo la zona central de Cumbre Vieja, sin que se
apreciase sismicidad a profundidades intermedias.
También llamó la atención que la actividad se
intensificase de manera alterna en una y otra zona a partir de noviembre de
2021.
En este trabajo se han utilizado diferentes
metodologías de análisis sismológico para determinar los tipos de fractura de
los terremotos y que aporta información sobre la causa que los provoca.
Los resultados han permitido establecer un modelo
conceptual que explica el funcionamiento del sistema de alimentación durante la
erupción.
Según este modelo, la sismicidad habría estado
controlada por el drenaje del magma y la interacción de dos reservorios
ubicados en el entorno de las dos zonas que generaban los seísmos.
Durante una primera parte de la erupción, desde su
inicio el 19 de septiembre hasta primeros de noviembre, el sistema se activó de
arriba hacia abajo; el drenaje del magma provocó pérdida de presión en el
reservorio superficial y desencadenó el ascenso de material desde el reservorio
profundo.
Por el contrario, a partir de noviembre se observó
una alteración clara en el comportamiento del sistema y la actividad respondió
a cambios en profundidad.
Así, durante esta segunda etapa se observó que
intensificación en el reservorio profundo precedía a una intensificación en el
reservorio superficial y finalmente a un aumento en la emisión de lava.
Los resultados de este trabajo, destacan sus
autores, aportan información nueva sobre el sistema de almacenamiento y
alimentación magmática de Cumbre Vieja que permitirá mejorar la alerta temprana
y el seguimiento de futuras erupciones en la isla.
Comentarios
Publicar un comentario