China desarrolla un radar cuántico que detectará amenazas del espacio
Científicos chinos están desarrollando un moderno
radar terrestre ultrasensible que opera con tecnología cuántica a temperaturas
extremadamente frías. El radar será empleado para detectar amenazas del espacio
que pudieran pasar desapercibidas por los sistemas de vigilancia planetaria
actuales. Recientemente, el equipo de investigación reveló parte de su diseño
en un artículo publicado en Cryogenics & Superconductivity, informó South
China Morning Post.
Su principal ventaja sobre los radares
convencionales (que funcionan enviando y recibiendo microondas) estaría en el
hecho de que, para lograr un gran alcance, no requiere del aumento desmedido
del tamaño de su antena o de su potencia de emisión de microondas, lo que
reduce sustancialmente sus costos de instalación u operativos. De hecho, este
radar cuántico (que utiliza partículas individuales en lugar de ondas),
lograría un fenomenal alcance de casi 40 veces la distancia entre la Tierra y
la Luna e identificaría objetivos más pequeños que los sistemas convencionales
a un costo relativamente bajo.
Con anterioridad, China ha construido radares
cuánticos para detectar aviones furtivos y otras aplicaciones militares. Estos
sistemas suelen utilizar luz láser o electrones acelerados, que pueden generar
y emitir partículas de luz entrelazadas independientemente de la distancia
entre ellas. Gracias a ello, se puede identificar una señal devuelta en medio
de un fuerte ruido de fondo. Sin embargo, los expertos consideran como un
desafío generar una gran cantidad de fotones entrelazados y enviarlos a largas
distancias en forma de láser.
El equipo de desarrollo del nuevo radar cuántico
explica que el mismo funcionaría con base en su capacidad de separar partículas
de microondas artificiales débiles del fondo ruidoso natural para generar una
imagen de un objetivo previamente invisible.
Sin embargo, dado a que la energía de una sola
partícula cuántica de microondas es extremadamente baja (solo una décima parte
de la energía de un fotón), la detección de estas partículas débiles solo sería
posible a una temperatura extremadamente baja. Los ruidos ambientales ahogarían
las señales útiles si la temperatura del detector superconductor aumentara más
de un grado Celsius por encima del cero absoluto, expusieron los investigadores
en su artículo.
Esta situación crea un nuevo reto para China, pues
la mayoría de los superenfriadores se fabrican en empresas en EE.UU. y Europa,
y China ya no puede comprarlos debido a las sanciones estadounidenses. China ha
convertido este desafío en una oportunidad, pues ya han construido sus propias
máquinas con un rendimiento igual o incluso superior, agregaron los expertos
chinos.
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