Desde el año 2000 se han perdido 3.000 millones de toneladas de hielo en la Antártida
Si todo el hielo perdido en el continente blanco que
los investigadores han mensurado se apilara tendría una altura de más de 2 km o
representaría a 137 edificios Empire State colocados uno encima del
otro. Veinte grandes glaciares forman la ensenada del mar de Amundsen en la
Antártida occidental.
Desempeñan un papel clave en la contribución al
nivel de los océanos del mundo. Hay allí tanta agua retenida en la nieve y el
hielo que, si todo se drena al mar, los niveles globales de los océanos podrían
aumentar en más de un metro. La investigación que confirma estos datos acaba de
ser publicada en la revista científica Nature Communications.
Fue dirigida por Benjamín Davison de la Universidad
de Leeds. En ella, él y su equipo calcularon el balance de masa de la ensenada
del mar de Amundsen. Esto describe el equilibrio entre el volumen de nieve, el
excedente de hielo debido a las nevadas y la masa perdida por desprendimientos,
donde los icebergs se forman al final de un glaciar y se desplazan hacia el
mar.
Cuando ese desprendimiento ocurre más rápido de lo
que el hielo es reemplazado por nevadas, la ensenada pierde masa en general y
contribuye al aumento global del nivel del mar. De manera similar, cuando
disminuye el suministro de nieve, la ensenada puede perder masa en general y
contribuir al aumento del nivel del mar. Los resultados de sus relevamientos
muestran que la Antártida Occidental experimentó una disminución neta de 3331
mil millones de toneladas de hielo entre 1996 y 2021, contribuyendo con más de
nueve milímetros al nivel global del mar.
Se cree que los cambios en la temperatura del océano
y las corrientes fueron los factores más importantes que impulsaron la pérdida
de hielo. Davison, investigador asociado del Instituto de Ciencias Climáticas y
Atmosféricas de Leeds, indicó al respecto que “los 20 glaciares de la Antártida
occidental han perdido una gran cantidad de hielo durante el último cuarto de
siglo y no hay señales de que el proceso vaya a revertirse pronto, aunque hubo
períodos en los que la tasa de pérdida de masa disminuyó ligeramente. Los
científicos están monitoreando lo que está sucediendo en la ensenada del mar de
Amundsen debido al papel crucial que juega en el aumento del nivel del mar. Si
los niveles de los océanos aumentaran significativamente en los próximos años,
hay comunidades en todo el mundo que experimentarían inundaciones extremas”.
Utilizando modelos climáticos que muestran cómo se
mueven las corrientes de aire alrededor del mundo, los científicos
identificaron que la ensenada de Amundsen había experimentado varias nevadas
extremas durante el período de estudio de 25 años. Esto sería el resultado de
períodos de fuertes nevadas y otros de muy pocas o, lo que los especialistas
llaman, una “sequía de nieve”. Los investigadores incluyeron estos eventos
extremos en sus cálculos.
Así, sorprendentemente, descubrieron que estos
eventos contribuyeron con hasta la mitad del cambio de hielo en ciertos
momentos y, por lo tanto, jugaron un papel clave en la contribución que está
haciendo la ensenada de Amundsen al aumento del nivel del mar durante ciertos
períodos. Por ejemplo, entre 2009 y 2013, los modelos revelaron una etapa de
persistente sequía de nieve. La falta de nevadas privó a la capa de hielo y
provocó que perdiera masa, lo que contribuyó aproximadamente a un 25% más al
aumento del nivel del mar que en años de nevadas promedio.
En cambio, durante los inviernos de 2019 y 2020 hubo
nevadas muy intensas. Los científicos estimaron que este fenómeno mitigó la
contribución del nivel del mar de la ensenada de Amundsen, reduciéndola a
aproximadamente la mitad de lo que habría sido en un año promedio.
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