Los animales feos también tienen derechos
Ves la foto de un panda y lo primero que piensas es
que quieres abrazarlo y que harías cualquier cosa para protegerlo de la
extinción. Ves la imagen de un tigre o un oso y piensas exactamente lo mismo.
¿Pero qué pasa si ve encuentras con una foto de una rata topo desnuda? ¿O de
uno de esos peces abisales que parecen salidos de una película de miedo?
¿También te entran las mismas ganas de protegerlo? Nosotras lo tenemos claro:
sí. Los animales feos también tienen derecho.
Empezamos el episodio hablando de
"especismo" y "peluchismo". El primer concepto es, en
resumidas cuentas, la idea de que la vida de unos animales vale más que la vida
de otros (por ejemplo, que la vida de un perro es más valiosa que la de un
cerdo; o que el bienestar de los humanos está por encima del de cualquier otro
animal del planeta). El segundo concepto hace referencia al fenómeno por el
cual nos (auto)convencemos de que algunas especies son como "un
peluche" y nos olvidamos de que, al fin y al cabo, siguen siendo animales
salvajes (algo que pasa especialmente con los animales adorables).
Ser ecologista para salvar a los animales bonitos es
fácil. ¿Pero qué pasa cuando la defensa de los ecosistemas pasa, por ejemplo,
por 'atacar' a animales tan adorables como las cotorras argentinas, los conejos
o las colonias de gatos? ¿Y qué hacemos con los animales feos? ¿Por qué no les
dedicamos tantos esfuerzos de conservación como hacemos con sus congéneres más
fotogénicos? ¿De verdad estamos dispuestos a dejar extinguir a los animales
feos solo porque no quedan bien en las fotos y no podemos hacer peluches con su
cara? De todo esto (y mucho más) hablamos en el episodio de esta semana.
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