Burbujas de antimateria rodean el agujero negro supermasivo de la Vía Láctea
Una nueva investigación indica que un potente chorro
de electrones y positrones de alta energía, emitido por Sagitario A*, el
agujero negro supermasivo de la Vía Láctea en un gran estallido hace entre 3 y
10 millones de años, podría haber creado las dos gigantescas y misteriosas
burbujas de gas, denominadas burbujas de Fermi, que se extienden por encima y
por debajo del centro de nuestra galaxia.
Científicos estadounidenses creen haber detectado
positrones, el equivalente de los electrones en el campo de la antimateria,
provenientes de un abismal estallido cósmico generado por el agujero negro
supermasivo de la Vía Láctea hace millones de años: este evento extremo habría
producido a las misteriosas burbujas de Fermi, dos estructuras de unos 25.000
años luz de extensión cada una, que se ubican en el centro galáctico.
Estas burbujas de gas que se aprecian en el corazón
de la Vía Láctea pueden haberse gestado a partir de una corriente de electrones
y positrones aproximadamente entre 3 y 10 millones de años atrás, según nuevas
observaciones presentadas por el científico Ilias Cholis, de la Universidad de
Oakland en Rochester, en la reunión del 18 de abril de la Sociedad
Estadounidense de Física.
Un exceso de positrones, detectado al atravesar a
toda velocidad por la Tierra, sugiere que las llamadas burbujas de Fermi son el
resultado de una explosión iniciada en Sagitario A*, el agujero negro
supermasivo de nuestra galaxia, en un período en el que su actividad era
intensa y atraía grandes cantidades de materia estelar.
En 2010, la NASA informó el hallazgo por parte del
telescopio Fermi, un observatorio espacial de rayos gamma, de dos colosales
burbujas gaseosas ubicadas en el extremo superior e inferior del centro de la
Vía Láctea. Aunque se elaboraron diferentes hipótesis al respecto, hasta hoy es
un misterio cómo se originaron y cuál es su naturaleza. Precisamente una de las
posibilidades que se habían barajado era su desarrollo a partir de un estallido
cósmico, por ejemplo generado por un agujero negro supermasivo.
Cuando el 12 de mayo de 2022 el Event Horizon
Telescope develó por primera vez una fotografía de Sagitario A*, confirmando la
presencia de un agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea que se
postulaba desde 1974, al mismo tiempo la hipótesis principal sobre el
surgimiento de las burbujas de Fermi tomó un nuevo impulso. Ahora, el hallazgo
de los especialistas estadounidenses es un gran avance hacia la confirmación
definitiva de esta explicación.
Según un artículo publicado en Science News, los
investigadores explicaron que un chorro de electrones y positrones de alta
energía, emitido por el agujero negro supermasivo en un gran estallido, podría
explicar la luz de múltiples longitudes de onda que se ha detectado en las
burbujas. En principio, como el chorro se habría dirigido lejos de la Tierra
sería imposible detectar esas partículas.
Sin embargo, algunas de las partículas podrían haber
escapado a lo largo del disco galáctico, en forma perpendicular a las burbujas
de Fermi, pasando finalmente por la Tierra. A partir de esta suposición, Ilias
Cholis y su colega Iason Krommydas, de la Universidad Rice en Houston,
analizaron los positrones detectados por el Espectrómetro Magnético Alfa en la
Estación Espacial Internacional (ISS).
Los científicos identificaron un exceso de
positrones, cuyas energías actuales podrían corresponder a un antiguo estallido
de actividad ocurrido en el centro galáctico, en un período que coincide con el
proceso de formación de las burbujas de Fermi. De esta manera, los resultados
respaldan la idea de que las burbujas proceden de una época en la que el
agujero negro central de la galaxia registraba una intensa actividad y producía
eventos extremos.´
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