La demanda de litio en Europa destroza ecosistemas en América del Sur

 

La decisión de Europa de incentivar la compra de autos con baterías para su transición energética eleva la demanda de litio con consecuencias para Sudamérica. Chile, Argentina y Bolivia, que acumulan el 60% de las reservas de este mineral, recibieron en los últimos meses decenas de proyectos para explotar minería de litio, cuyo principal comprador es China, que las convierte en baterías. Una investigación de la Red Investigativa Transfronteriza de OjoPúblico estima que la extracción de litio se triplicó durante los últimos cinco años en América del Sur y el incremento de la demanda ahora pone en riesgo nuevos ecosistemas de las zonas altoandinas.

Los carros eléctricos son un boom en las ciudades de Europa como Madrid, París y Roma. Los motores de moda ya no rugen, como en los viejos tiempos. Son vehículos silenciosos, alimentados por baterías de litio y otros minerales,  que se han convertido en recursos estratégicos para la Unión Europea. Con la promoción de estos vehículos, Europa busca reducir su dependencia de los combustibles fósiles y la emisión de carbono.

Sin embargo, la transición hacia lo que se considera un modelo energético menos contaminante y sostenible –impulsado por la firma del Pacto Verde Europeo– también tiene su tendón de Aquiles. La extracción de litio en América del Sur casi se triplicó en cantidad de kilogramos exportados durante los últimos cinco años, de acuerdo al análisis de exportaciones realizado por OjoPúblico.

La cifra es mucho más alta si se compara con la cantidad de dólares que ingresaron, principalmente motivada por el pico histórico del precio de este mineral durante el 2022. Las exportaciones de litio como materia prima se multiplicaron 10 veces en el último lustro hasta alcanzar los USD 8.300 millones el año pasado.

El aumento de la demanda del litio tiene un impacto directo sobre la gestión de los recursos naturales en los lugares desde donde se extrae: en el sur de América Latina, los conflictos sociales vinculados a la extracción de este mineral se han incrementado, pues en varios casos se encuentra sobre ecosistemas frágiles o en zonas habitadas por pueblos indígenas.

 “Será inevitable que las ventas de coches eléctricos en Europa aumente la extracción de litio en Sudamérica. La Unión Europea tiene una gran responsabilidad, porque el litio se ha transformado en una prioridad. Es obvio que necesitamos una transición energética pero tiene que ser justa. No vamos a poder abordar la emergencia climática si ahondamos las diferencias y ponemos nuestro territorio por encima de otro. Sino, siempre pagan los mismos”, señala Idoia Villanueva Ruiz, diputada del Parlamento Europeo, a OjoPúblico.

La eurodiputada española remarcó en la entrevista que será clave el control a las empresas extractivas para evitar excesos, como “históricamente ha ocurrido con las multinacionales europeas en América Latina”.

 Durante los últimos años, el mercado en Sudamérica se ha concentrado sobre el denominado triángulo del litio, una región que incluye el norte de Chile y Argentina, y Bolivia, países que acumulan el 65% de las reservas de este mineral en todo el mundo.

Estos tres países exportaron el año pasado 231.000 toneladas de litio, pero la cifra está lejos del potencial que se han estimado sobre las reservas que se encuentran debajo de sus humedales. A pesar de que el desarrollo en la región es aún incipiente, Chile ya se posiciona como el segundo exportador mundial de mineral (detrás de Australia) y Argentina como el cuarto.

Este mismo grupo de países concentra la producción de este mineral en Sudamérica, y se estima que hay reservas adicionales de 50 millones de toneladas métricas. Esto último también incluye al Perú, donde existen proyectos aún en fase exploratoria.

Chile lidera por un amplio margen todos los rubros de exportaciones de litio en Sudamérica. Su producción de 2022 fue la más alta de la región, ya que solo en ese período sus exportaciones representaron más de USD 7.500 millones. Muy detrás aparece Argentina, con divisas por USD 715 millones, y Bolivia, que registró alrededor de USD 37 millones.

La demanda de coches eléctricos arrastra el precio del litio a nivel mundial, lo que impactará directamente a las economías sudamericanas en los próximos años. China, el principal mercado de autos a baterías del mundo, es un actor clave en toda la cadena del mineral.

El precio del litio aumentó en casi 500% en 2021 motivado por las ventas de las automotrices; la cifra volvió a dispararse en 2022 hasta superar los 80.000 dólares por tonelada. Pero el anuncio del gobierno chino sobre el retiro de ayudas para los compradores de autos eléctricos desinfló la burbuja: entre diciembre de 2022 y febrero de 2023 el precio del litio cayó casi un 30%.

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