Reciclar el plástico será insuficiente para reducir la contaminación, indica experto de la ONU
Delegados del mundo entero se reúnen esta semana en
la sede de la Unesco en París para negociar un tratado sobre la contaminación
plástica. Cada año, arrojamos al océano decenas millones de toneladas de
residuos plásticos al océano y algunos contienen sustancias tóxicas. Expertos
de la ONU recomiendan reciclar, reutilizar y eliminar los productos plásticos
innecesarios de nuestra vida cotidiana.
Cuatrocientos treinta millones de toneladas de
productos plásticos, es lo que los seres humanos producen anualmente. Si
pusiéramos esta cantidad en contenedores, equivaldría a la distancia que separa
Nueva York de Sídney en Australia. Y de esta cantidad colosal de plástico, la
mitad es enterrada en basureros, 6 millones de toneladas terminan en los océanos
y apenas el 10% se recicla.
El plástico asfixia nuestro planeta y pone en
peligro nuestra salud por lo que la ONU llama a "cortar el grifo". Ya
sabemos desde hace varios años que algunos componentes químicos de los
plásticos como el bisfenol son perturbadores endocrinos que causan
malformaciones genitales en animales y humanos. Y los científicos estudian
actualmente los efectos en nuestro cuerpo de las nanopartículas de plásticos
presentes en los cosméticos y la ropa, por ejemplo.
Bolsas de plástico, cajas, envases protectores
acaban en los estómagos de los animales marinos también. En un informe
publicado en la revista Nature en 2022, investigadores de la universidad de
california concluyeron que las ballenas ingieren diariamente alrededor de 40
kilos de microplásticos. "El plástico y en particular los microplásticos
constituyen una gran amenaza para la vida marina y especialmente para las
ballenas porque comen una gran cantidad de alimentos y porque están en la parte
superior de la cadena alimenticia", advierte Alexander Werth, profesor del
Hampton Sidney College, en Estados Unidos.
"La gente se enfoca en los grandes residuos de
plásticos que flotan en la superficie del océano, pero no se dan cuenta que
cada vez que lavan ropa, pequeñas fibras de plástico se desprenden, llegan al
mar y son comidos por camarones por ejemplos", enfatiza Werth,
entrevistado por RFI.
En 2019 en Escocia, tras encallarse en una playa,
una ballena murió. El estómago del mamífero marino contenía 100 kilos de
residuos: guantes, vasos de plástico, redes de pesca que pudieron haber
perturbado su sistema digestivo. Sean grandes o microscópicos, nuestros objetos
plásticos del cotidiano se convierten en armas mortales contra los animales
marinos: "Las ballenas se pueden enredar fácilmente con los desechos de
gran tamaño. Los desechos más pequeños pueden obstruir las barbas de ballenas,
estos filtros de queratina, e impedirlas alimentarse normalmente. Los pedazos
más pequeños pueden ser filtrados, las ballenas pueden separarlos, pero algunos
pueden pasar al sistema digestivo y a los tejidos, con problemas de tumores o
disfunciones orgánicas", detalla Alexander Werth.
Peligrosos para nuestra salud, para la de los
animales, y para el clima ya que provienen de energías fósiles, los desechos
plásticos podrían triplicarse si no cambiamos de modelo productivos alertan
expertos del programa de naciones Unidas para el medioambiente.
En vísperas de la segunda ronda de negociaciones
para un tratado internacional contra la contaminación plástica -que tiene lugar
del 29 de mayo al 2 de junio en París bajo égida de la ONU-, los expertos de
Naciones Unidas emitieron una serie de recomendaciones para recortar la
contaminación plástica en un 80% de aquí a 2040.
Además de eliminar los más posible el uso de
productos plásticos, los científicos recomiendas reutilizar, reciclar y
sustituir los que usamos a diario. "De lo que estamos hablando es de
cambiar la mentalidad para movernos de una economía del producto desechable,
que es lo que tenemos hoy hacia una economía de la reutilización de productos
más reutilizables", plantea el científico Llorenç Mila i Canals
coordinador principal del informe de Naciones Unidas sobre la reducción del uso
del plástico.
"Estamos hablando de productos que quizá hace
unas décadas de hecho ya eran reutilizables. Envases de bebidas que típicamente
se utilizaban en casa, se devolvían al comercio para ser rellenados y se podían
volver a utilizar. Todo esto se ha ido abandonando, pues lo tenemos que
recuperar y lo tenemos que recuperar con modelos modernos de negocio",
indica Mila i Canals.
Apenas el 10% de la producción mundial de plástica
se recicla
El reciclaje es otra opción que recomiendan los
expertos de la ONU. Pero el plástico no puede ser reciclado tan fácilmente como
el papel o el vidrio.
"Tenemos que diseñar el plástico pensando en
que se tiene que reciclar. Si se diseña, por ejemplo, mezclando menos tipos de
plástico distintos, teniendo mucho cuidado con los productos aditivos, los
productos químicos, aditivos que se añaden al plástico, hay que reducir los más
problemáticos para facilitar que el plástico cuando llega a su fin de vida, se
pueda reciclar de un modo más fácil, más económico", detalla Llorenç Mila
i Canals, entrevistado por RFI en vísperas de la Cumbre sobre un tratado contra
la contaminación plástica en París.
Los autores del informe recomiendan también instaura
incentivos económicos para los consumidores. "Esto se puede hacer con
sistemas de depósito, devolución, retorno. Por ejemplo, cuando vamos a comprar
las botellas de plástico se paga un pequeño depósito que se nos devuelve al
momento de volver la botella, de modo que ese dinero en realidad no lo acaba pagando
el consumidor. Esto aumenta mucho el retorno, con lo cual tenemos más material
para reciclar", subraya el científico.
Algunos países ya han emprendido el camino de la
reducción de los desechos plásticos. Es el caso de México donde se incrementó
la tasa de reciclaje de las botellas PET del 8,8% en 2002 al 56% en 2018.
El tercer pilar del plan de la ONU consiste es la
substitución de materiales que consiste en reemplazar los cubiertos de
plástico, por ejemplo, por unos de madera o usar cartón en lugar de cajas de
unicel o poliestireno.
"Muchas veces cuando pensamos en productos
plásticos lo primero que nos viene a la cabeza es a los cambiamos por otro
material, por ejemplo, papel. Este intercambio directo no siempre es
beneficioso. Entonces, lo que estamos abogando en este tercer eje es poder
comparar en qué casos este cambio de materiales normalmente hacia materiales
renovables como la madera, el papel, de productos orgánicos", advierte
Lloreç Mila i Canals.
Muchos países como Francia, Colombia o México ya
pusieron en marcha leyes para prohibir los plásticos de un solo uso y para
poner fin a la venta de bolsas de plástico. Pero queda mucho por hacer y será
precisamente el objetivo del segundo round de negociaciones para un tratado
internacional de reducción de la contaminación plástica. Se prevén cinco rondas
de negociaciones para alcanzar un consenso internacional
.
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