Tu cerebro se equivoca y por eso ves los ojos de color azul

 

Si miras la imagen superior lo más probable es que veas a una chica con ojos azules, sin embargo, no es así: sus ojos son grises, al igual que toda la fotografía que se muestra bajo ese filtro de color rojo. Tendemos a pensar que nuestros ojos ven el mundo como si fuese una especie de máquina de fotos que refleja fielmente la realidad. La popular frase “lo he visto con mis propios ojos” siempre olvida de que, muy a menudo, nuestro sentido visual envía una cantidad limitada de información visual al cerebro que construye e interpreta esos datos. De hecho, en esta ilusión óptica creada por Dean Jackson la imagen a la que se ha aplicado ese filtro no tiene colores sino que es toda en blanco y negro.

Cuanto más te acercas ampliando la imagen de la chica, los ojos empiezan a perder su color azul y si pones junto a ellos una franja del verdadero color gris… la ilusión óptica se revela.

Efectivamente, los colores que ves en el mundo no son más que una interpretación que tu cerebro construye en base a los datos captados por tu sentido visual. Y permíteme decirte que tu vista está muy limitada y solo funciona en determinadas longitudes de onda, eso que orgullosamente hemos llamado “espectro visible” simplemente porque es el único que nosotros podemos ver.

Tu cerebro no es un ordenador que te muestra el color como si fuese un número exacto dentro de la escala Pantone. Los colores son percibidos a partir del espectro visible que pueden captar tus fotoreceptores y luego esa información es interpretada por el cerebro basándose en la experiencia, en la memoria y sobre todo en el entorno que acompaña a esos colores.

Efectivamente, tu cerebro se “inventa” colores en función del resto de colores que rodean a los objetos. Una construcción de tu cerebro que depende mucho del contexto en el que se encuentra un objeto y también del resto de colores que lo acompañan. El ejemplo más sorprendente de esta experiencia visual es el conocido Tablero de Adelson, donde las casillas A y B en realidad son del mismo color.

Una de las cosas más interesantes (que probablemente estudiaste en el colegio) es que un filtro de color rojo absorbe las luces azul y verde. Aunque tú no recuerdes esta lección de óptica, tu cerebro sí que la conoce muy bien, la recuerda e intenta ayudarte rectificando el color gris porque cree que se ha perdido el azul. “La luz roja no puede pasar a través de un filtro de color rojo, así que es imposible que veas luz azul en esta fotografía”, nos recuerda Dean Jackson en su canal de ilusiones en TikTok, “tu cerebro detecta los pigmentos de gris en la pupila de la chica y asume que la luz azul está atrapada bajo el filtro rojo, así que tu cerebro intenta ayudarte poniendo el color azul en la imagen, pero en realidad te está confundiendo”.

Por supuesto, la ilusión óptica creada por Dean Jackson no es la única que juega con este truco del rojo y el azul. Hace ya unos años, los neurocientíficos Stephen L. Macknik y Susana Martínez-Conde nos ofrecían una versión de este truco visual con un simple dibujo en el que, nuevamente, los dos ojos de la muñeca son del mismo tono de gris.

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