El telescopio James Webb detecta mucha más luz de la esperada en el universo primigenio
Un equipo internacional de investigadores ha analizado
las imágenes más profundas captadas por el telescopio espacial James Webb y ha
descubierto que el universo primigenio -el más antiguo- alberga muchas más
galaxias, mucho más brillantes y más pequeñas de lo esperado.
Liderado por Pablo G. Pérez-González, del Centro de
Astrobiología (CAB), CSIC-INTA, y realizado por investigadores de ocho países
europeos y de Estados Unidos, el trabajo presenta los resultados del estudio de
las galaxias más lejanas del universo obtenidos con los datos del instrumento NIRCam
del telescopio James Webb.
Los detalles de la investigación se han publicado en
The Astrophysical Journal Letters.
Para la investigación, el equipo tomó datos de una
zona del cielo conocida como el Hubble Ultra-deep Field, un área a la que el
telescopio Hubble no podía acceder y que ahora puede ser explorada gracias al
instrumento MIRI del James Webb, capaz de trabajar en el infrarrojo medio y
observar objetos fríos o muy lejanos.
El equipo también hizo observaciones con el
instrumento NIRCam, la cámara más sensible del Webb, lo que les permitió
detectar alguna de las galaxias más lejanas observadas hasta la fecha, 10 veces
más débiles que las que se habían estudiado durante los primeros 6 meses de la
misión.
Gracias a esas observaciones, el equipo encontró 44
galaxias que se habrían formado en los primeros 500 millones de años del
Universo, menos de un 4% de su edad actual, incluso presentan alguna candidata
formada en los primeros 200 millones de años del universo, un 1% de la edad.
El equipo comparó las propiedades de estas galaxias
primigenias con lo que predecían los modelos de formación de galaxias más
avanzados y realizados por las supercomputadoras más potentes del mundo.
"Durante décadas se han desarrollado
simulaciones del universo que han estudiado cómo se forman las galaxias, cuándo
aparecen las primeras estrellas, cómo el gas primordial, que solo era hidrógeno
y helio, se va convirtiendo en otros elementos, como el oxígeno o el carbono, y
cómo, en definitiva, se van creando los ingredientes fundamentales de la
vida", explica Luca Costantin, investigador del CAB y coautor del
artículo.
El estudio concluye que las galaxias primigenias
crearon 10 veces más fotones ultravioleta de lo que predecían los modelos, pero
"la clave está en cómo", apunta Pablo G. Pérez-González.
Los fotones ultravioleta pueden ser creados por
estrellas jóvenes y calientes, mucho más calientes que el Sol, pero también
pueden ser creados por agujeros negros súpermasivos.
El artículo explica que las galaxias primigenias
descubiertas son además muy compactas, 2-3 veces más de lo esperado, lo que
podría estar ligado a esa presencia de esos agujeros negros.
"Por ahora el James Webb nos está
proporcionando muchas más preguntas que respuestas, pero estas nuevas líneas de
investigación son apasionantes", concluyen los autores del artículo.
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