La fotosíntesis artificial es clave para colonizar Marte y la Luna
La solución para el establecimiento de las futuras colonias humanas en Marte y la Luna podría recaer en pequeños bloques que se encargarán de transformar la luz del Sol en oxígeno y energía eléctrica, justo como hacen las plantas aquí en la Tierra. Un nuevo estudio publicado en Nature y desarrollado por científicos de la universidad de Warwick, Reino Unido, muestra que es viable que en el espacio operen dispositivos fotoelectroquímicos que emulen el mecanismo de la fotosíntesis.
El oxígeno que se produce en hábitats espaciales
como la Estación Espacial Internacional (ISS) se genera a través de un
electrolizador de agua impulsado por energía fotovoltaica. Este proceso, indica
el reporte, ocupa hasta un tercio del presupuesto energético de las naves
espaciales. Actualmente, producir oxígeno en el espacio no se considera
sustentable a largo plazo. Es necesario encontrar nuevas formas de producir el
compuesto vital a través de otras fuentes de energía.
Una de las soluciones, apuntan los encargados del
estudio, es el desarrollo de dispositivos fotoelectroquímicos (PEC, por sus
siglas en inglés) que puedan absorber luz y utilizarla para transformar dióxido
de carbono en oxígeno y producir al mismo tiempo energía eléctrica. Después de
todo, algunos dispositivos o reactores PEC ya existen en laboratorios y se
realizan experimentos con ellos. Entender e imitar el proceso de la
fotosíntesis es una meta clara para hallar fuentes de energía limpia en la
Tierra y será necesario para el futuro espacial, pero la tecnología PEC, de
momento, no se ha llevado a entornos de microgravedad si ha sido sometida a
radiación cósmica.
En el estudio, el equipo usó los datos recopilados
por décadas sobre la radiación solar marciana y lunar para hacer los cálculos
necesarios sobre estas mini plantas artificiales. Los científicos también
ofrecieron algunas ideas sobre cómo operarían de mejor forma los dispositivos
PEC en sitios con regololito o polvo pegajoso. También calcularon cuánta agua
necesitarían las celdas para funcionar de manera estable y a largo plazo. El
estudio concluye que, teóricamente hablando, sí es posible desarrollar
tecnología fotoelectroquímica para ahorrar energía durante la siguiente época
de exploración espacial lunar y marciana.
El reporte es solo el primer paso en la larga cadena
de trabajo conjunto que supone un objetivo tecnológico como la fotosíntesis
artificial espacial. Sin embargo, los investigadores especificaron cuáles son
los siguientes pasos a seguir en su camino. Los futuros investigadores deberán
analizar el rendimiento de los dispositivos PEC en entornos de bajas
temperaturas, también tendrán que encontrar la forma de maximizar la producción
de energía y oxigeno con unos hipotéticos concentradores solares y, finalmente,
un equipo deberá realizar una evaluación ‘tecnoeconómica’ sobre cuál será el
diseño más funcional y productivo para las misiones espaciales.
“Hemos
demostrado que la aplicación de estos dispositivos podría ir más allá de la
Tierra y contribuir potencialmente a la realización de la exploración espacial
humana. Además, abre la posibilidad de explorar dispositivos
fotoelectroquímicos también en otros entornos hostiles, como las regiones
polares terrestres”, finaliza el estudio.
Mientras los ingenieros, físicos y astrónomos
desarrollan tecnología para viajar a través del espacio, los biólogos y
matemáticos continúan investigando el complejo y sofisticado mecanismo de la
fotosíntesis. Hace poco, por ejemplo, se encontraron similitudes entre la forma
en que se transfiere la energía dentro de las plantas y un estado cuántico
conocido como condensado de Bose-Einstein.
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