Los hipopótamos sudan de color rosa
El líquido rosáceo que los hipopótamos 'exudan' por los poros de su piel hizo pensar a los antiguos exploradores que estos animales sudaban sangre. Nada más lejos de la realidad. Se trata de una sustancia secretada por unas glándulas subcutáneas que les ayudan a regular la temperatura y que tiene propiedades antibióticas.
Los hipopótamos parecen exudar una sustancia de
color rosa que durante años mantuvo intrigada a la comunidad científica.
El escritor y militar romano Plinio el Viejo, quien
también era naturalista, fue uno de los primeros en advertir que los
hipopótamos expelían una misteriosa sustancia roja que atribuyó a que estos
animales, "demasiado pesados y voluminosos”, se pinchaban con las cañas
afiladas en los ríos y pantanos en los que habitan, lo que les hacía sangrar
para aliviar la hinchazón provocada por las heridas. Una idea que permaneció
durante siglos en el imaginario colectivo y que quedó documentada en diversos
textos. “Los naturalistas dicen que el inventor de la flebotomía fue el
hipopótamo [...] cuando se siente pesado por la excesiva cantidad de sangre en
su cuerpo, se mete en un cañaveral o en un lugar similar y bajo el empuje de un
instinto natural se corta las venas y deja salir la sangre hasta que se siente
mejor [...]” escribía el cirujano boloñés Salvi da Macerata en un texto
publicado en el siglo XVII. Aquella visión tan macabra de estos mamíferos
artiodáctilos perduró durante tiempo, y los primeros exploradores europeos que
arribaron al continente africano en el siglo XVIII ya dejaron testimonio de que
aquellos enormes animales ‘sudaban sangre’.
La idea de un animal que pueda sobrevivir sudando
sangre no es demasiado lógica desde el punto de vista biológico, pero no es
menos cierto que estas criaturas parecen exudar una sustancia de color rosa que
durante años mantuvo intrigada a la comunidad científica. Sin embargo, los
científicos que estudiaron durante años esta curiosa faceta descubrieron que en
realidad no se trata de sangre, sino que es sencillamente una sustancia viscosa
que estos animales secretan a través de unas glándulas subcutáneas y que tiene
diversas funciones: por un lado, les ayuda a proteger su piel de las inclemencias
del sol, por otra, tiene propiedades antibióticas, algo muy útil para evitar
infecciones.
Estas glándulas se cuentan principalmente alrededor
de la cabeza y el cuello de los hipopótamos y están compuestas por lípidos y
pigmentos rojos, lo que le da ese aspecto sanguinolento.
Estas glándulas se encuentran principalmente
alrededor de la cabeza y el cuello de los hipopótamos, y están compuestos por
lípidos y pigmentos rojos, lo que le da ese aspecto sanguinolento. A menudo,
suelen secretarlo en momentos de máxima agitación, o cuando están muy
excitados, como, por ejemplo, cuando se encuentran en pleno cortejo o luchando
por el territorio, lo que hace que puedan confundirse fácilmente con una herida
abierta.
En realidad no se trata de sudor propiamente dicho,
sino de un líquido viscoso. Un equipo de investigadores publicó hace unos años
un estudio en la revista Nature en el que concluyeron que estas sustancias son
unos antisépticos eficaces contra las bacterias Klebsiella pneumoniae,
responsable de infecciones pulmonares, y Pseudomonas aeruginosa, un
microorganismo oportunista que se aprovecha de un organismo debilitado. Resulta
interesante el cambio de color que adquiere a lo largo del tiempo. Al principio
es transparente, similar al sudor, pero al exponerse a los rayos del sol
adquiere una tonalidad rojiza, lo que hizo pensar a aquellos espantados exploradores
que se trataba de sangre. ¿Qué hay más impactante que un enorme rinoceronte
sangrante retozando en el barro? Es normal que los primeros exploradores
quedaran horrorizados cuando tuvieron aquella visión tan aterradora.
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