Costa Rica muestra al mundo las enigmáticas esferas de piedra
Hace 8 décadas una compañía bananera encontró en el sur de Costa Rica las primeras esferas de piedra precolombinas, las cuales son hoy joyas arqueológicas de este país que busca mostrarlas al mundo en un parque que las conserva en los lugares donde los indígenas las colocaron con fines sociales, artísticos y astronómicos entre los años 300 y 1.500 d.C.
Estas enormes y enigmáticas esferas de piedra son
desde 2014 símbolo nacional de Costa Rica, mismo año en que la Unesco las
declaró patrimonio cultural de la humanidad.
El Silencio, Grijalba 2, Finca 6 y Batambal, son los
cuatro espacios declarados como Patrimonio de la Humanidad en el cantón de Osa,
provincia de Puntarenas, en una zona conocida como el Delta del Diquís, en el
sur de Costa Rica.
Las primeras esferas fueron descubiertas en 1939 en
una antigua finca bananera de 10 hectáreas, llamada Finca 6, en la localidad de
Palmar Sur, y por años fueron objeto de mitos que provocaron saqueos y
destrucción.
Las creencias populares de la época decían, por
ejemplo, que las esferas estaban rellenas de oro, lo que causó que muchas
fueran destruidas o sacadas del sitio para adornar casas y jardines.
El Museo Nacional se ha encargado de recuperar
esferas en las últimas décadas y de realizar trabajos de restauración y de
conservación en sus sitios originales.
Las autoridades han abierto un parque en Finca 6
donde los visitantes pueden observar esferas en sus alineamientos y ubicaciones
originales, así como un museo con la historia de estas obras y el pueblo
indígena que las creó.
El presidente de la Cámara de Turismo de Osa, Luis
Centeno, destacó la importancia de los sitios arqueológicos y enfatizó en que
la consigna es "conservar y conservar", con el fin de resguardar el
patrimonio, de la mano de la visitación turística para dar a conocer la riqueza
arqueológica y dinamizar la economía.
"Queremos que siga siendo posicionada es parte
cultural. Las esferas son únicas en el mundo, son las mayores en su diámetro.
Esto es un patrimonio cultural y queremos posicionarlo para que venga mucha más
gente", dijo Centeno a EFE.
Hasta el momento se han hallado 350 esferas, la más
grande mide 2,66 metros de diámetro y pesa 24 toneladas, pero es posible que
muchas de estas obras y otros sitios arqueológicos permanezcan enterrados, pues
han sido pocas las tareas de excavación llevadas adelante.
En 2021 los arqueólogos del Museo Nacional de Costa
Rica identificaron una nueva esfera de 1,23 metros de diámetro y en perfecto
estado de conservación en su sitio original, la cual fue hallada por los
trabajadores de una finca privada en el sector de Finca 12, en Palmar Sur de
Osa.
La peculiaridad de las esferas radica en la
perfección de sus formas, así como la gran cantidad, el tamaño y la densidad de
las mismas. Existen esferas desde los 0,7 metros hasta los 2,66 metros de
diámetro.
Los arqueólogos tienen la hipótesis de que conjuntos
de esferas fueron alineadas en espacios públicos para observar el rol de los
astros y el sol y marcar eventos importantes; otras fueron colocadas para
marcar sitios importantes como plazas o casas de líderes.
También es un enigma la forma en que los indígenas
trasladaron las grandes rocas por varios kilómetros desde las montañas hasta la
llanura donde se ubicaban las comunidades. Los arqueólogos creen que pudieron
utilizar troncos o algún tipo de plataforma, sumado a un gran esfuerzo
colectivo.
Según las investigaciones, las esferas fueron hechas
por los indígenas con la ayuda de martillos y cinceles de piedra, es posible
que se haya aplicado calor para desprender bloques, mientras que para lograr la
perfección en la redondez se habrían usado arcos de madera.
Todo ello descarta, como se explica a los visitantes
en el museo arqueológico, la teoría popular de que hubo alguna intervención
extraterrestre.
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