El Arca de Noé creada en el Ártico se inunda por culpa del calentamiento global
El cambio climático ha puesto en peligro las semillas más valiosas del mundo, guardadas en una bóveda enterrada en el hielo y que se suponía capaz de resistir cualquier desastre
Se diseñó como una inexpugnable fortaleza congelada
que protegería las semillas más valiosas del mundo de cualquier desastre
mundial y aseguraría el abastecimiento de comida de la humanidad para siempre.
Pero la Bóveda Global de Semillas, enterrada en lo profundo de una montaña en
el Círculo Polar Ártico, ha sido 'profanada' por el calentamiento global, que
generó temperaturas tan extraordinariamente altas durante el invierno que el
agua derretida se coló por el túnel de entrada.
La bóveda está en la isla noruega de Spitsbergen y
contiene casi un millón de paquetes de semillas. Cada paquete corresponde a una
variedad de un importante cultivo alimenticio. Cuando se abrió en 2008, se
suponía que el profundo permahielo en que está enterrada la bóveda ofrecería
protección contra “el desafío de los desastres naturales o humanos”.
Pero las altas temperaturas que vivió el Ártico en
el año más caliente del que haya registro provocaron derretimiento y muchas
lluvias, en lugar de la nieve liviana que suele caer. “No se nos ocurrió que se
pudiera derretir el permahielo y que se podría llegar a condiciones climáticas
tan extremas como las que vivimos”, afirma Hege Njaa Aschim, del gobierno
noruego, que es propietario de la bóveda.
“Entró mucha agua al inicio del túnel, pero luego se
convirtió en hielo, así que cuando entramos nos encontramos con un glaciar”,
explicó a the Guardian. Afortunadamente, el agua derretida no llegó dentro de
la bóveda, el hielo se pudo quitar y las valiosas semillas están seguras por
ahora, conservadas a la temperatura correcta de -18ºC.
Pero el incidente ha puesto en entredicho la
capacidad de la bóveda de sobrevivir como cuerda de salvamento de la humanidad
en caso de una catástrofe. “Se suponía que tenía que funcionar sin la ayuda de
las personas, pero ahora tenemos que vigilar la bóveda las 24 horas del día”,
asegura Aschim. “Tenemos que ver qué podemos hacer para minimizar los riesgos y
asegurarnos de que el banco de semillas se puede cuidar solo”.
Los encargados de la bóveda están esperando a ver si
las altas temperaturas de este invierno fueron algo de una sola vez o si se
repetirán o incluso aumentarán en la medida en que el cambio climático calienta
todo el planeta. A fines de 2016, las temperaturas promedio superaron los
registros normales de Spitsbergen en 7ºC.
“La pregunta es si esto es algo que sucede sólo
ahora o si la situación empeorará”, dice Aschim. Las temperaturas del
archipiélago de Svalbard, del cual forma parte la isla Spitsbergen, han subido
rápidamente en las últimas décadas, según Ketil Isaksen, del Instituto Meteorológico
Noruego.
“Las temperaturas del Ártico, y especialmente de
Svalbard, han subido más que en otros sitios del mundo. El clima está cambiando
radicalmente y estamos azorados por lo rápido que está sucediendo”, declaró
Isaksen al periódico noruego Dagbladet.
Ahora, los encargados de la bóveda están tomando
precauciones, como por ejemplo grandes obras para impermeabilizar el túnel de
100 metros que entra en la montaña, y trincheras en las laderas de la montaña
para canalizar el agua proveniente de los derretimientos y las lluvias. También
han quitado material eléctrico que había en el túnel y que generaba más calor,
y han instalado bombas dentro de la bóveda para que actúen en caso de una
inundación.
Aschim dice que no tuvieron más opción que buscar
soluciones para asegurarse de que la seguridad de la bóveda sea duradera:
“Tenemos que encontrar soluciones. Es una gran responsabilidad y nos lo tomamos
muy en serio. Estamos haciendo esto por el bien del todo el mundo”.
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