La NASA capta los pliegues del terreno cerebral de Marte

Tiene montañas, volcanes, cráteres, valles, cauces antiguos y lagos. Pero Marte tiene algo que la Tierra no tiene: lo que los científicos llaman terreno cerebral.

Marte, el planeta rojo, ha sido objeto de fascinación y exploración durante décadas. A medida que las misiones espaciales han avanzado, se ha descubierto que el planeta alberga una serie de misterios y enigmas que desafían nuestra comprensión.

Uno de estos enigmas es el fenómeno del terreno cerebral, un intrigante patrón geológico que ha desconcertado a los científicos y ha generado una serie de teorías sobre su origen y formación.

El terreno cerebral en Marte se caracteriza por su apariencia distintiva: crestas y valles en espiral que se asemejan a las arrugas en la superficie del cerebro humano. Este fenómeno se encuentra en las latitudes medias marcianas, en áreas donde las llanuras del norte se encuentran con las tierras altas del sur.

Para entender su composición debemos entender al cerebro humano, cuando hablamos de él una de las comparaciones más típicas que se hacen es la de que recuerda a la forma de una nuez, dado que presenta una forma arrugada.

Pero esos pliegues, llamados circunvoluciones y surcos cerebrales, tienen como función principal el permitir disponer de más espacio y evitar que la corteza cerebral se encuentre presionada hacia las paredes craneales. Esto hace que se puedan acumular más neuronas en la corteza. Lo mismo, pasa con el terreno cerebral de Marte.

Aunque esté no guarda información, guarda agua, específicamente hielo. Porque curiosamente, estás formaciones se encuentran siempre donde las llanuras ricas en hielo del norte se encuentran con las tierras altas del sur.

Hay varias ideas sobre los orígenes del terreno cerebral. La principal es que esta extraña estructura proviene del agua enterrada (hielo) que pasó directamente a estado gaseoso debilitando la superficie marciana y dándole su apariencia ondulada característica.

Pero sin importar el origen, la realidad es que el terreno cerebral en Marte tiene un aspecto extraño. Largas franjas paralelas que constan de muchas crestas pequeñas forman bucles o verticilos. Casi parece una especie de laberinto intrincado. Y sí, recuerda a la superficie de un cerebro humano. Pero la escala es diferente. Estas crestas miden entre 4 y 5 metros (13 a 16 pies) de altura.

Y, los lugares de mayor concentración de terreno cerebral son cráteres, valles y formaciones conocidas como delantales lobulados, que son ricas en hielo y se forman en la base de estructuras altas, como crestas de cráteres y mesas.

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