Una gigantesca masa de materia oscura está deformando a la Vía Láctea
Los científicos sostienen que una enorme masa invisible podría ser la razón por la cual el disco de la Vía Láctea está deformado y retorcido. Según los investigadores, un halo oscuro inclinado y desalineado, conformando una gran masa de materia oscura que envuelve e impregna nuestra galaxia, es la única explicación que permitiría comprender hasta hoy todas las características de la estructura que presenta la Vía Láctea.
Un nuevo estudio publicado recientemente en la
revista Nature Astronomy por los investigadores Jiwon Jesse Han, Charlie Conroy
y Lars Hernquist concluye que la única explicación posible para la deformación
apreciada en el disco de la Vía Láctea es la acción de una gran masa de materia
oscura. Aunque colisiones con otras galaxias también pueden haber modificado la
forma de la Vía Láctea en el pasado, los astrónomos indican que su
configuración actual estaría mayormente determinada por el mencionado halo de
materia oscura.
Fue el telescopio espacial Gaia de la Agencia
Espacial Europea (ESA) quien obtuvo la primera evidencia concreta de que
nuestra galaxia no es un disco puramente plano: luego de mapear las posiciones
y movimientos de más de mil millones de estrellas, Gaia nos permitió obtener
una idea más clara de la estructura exterior de la Vía Láctea.
Ahora sabemos que parece extenderse hacia afuera más
de lo que pensábamos, en tanto que el borde presenta una estructura ondulada.
Según un artículo publicado en Universe Today, un análisis más detallado
también muestra una deformación hacia el borde exterior del disco galáctico.
Hasta el momento, el consenso científico general indicaba que esta deformación
era el producto de colisiones galácticas antiguas, como por ejemplo la colisión
con la galaxia enana de Sagitario, hace unos 6 mil millones de años.
En el nuevo estudio, los científicos sostienen que
las galaxias deformadas como la nuestra se encuentran afectadas por un halo
inclinado de materia oscura. Más allá de las consecuencias de un choque pasado
con otra galaxia, que también habría dejado su huella, la forma actual de la
Vía Láctea estaría mayormente condicionada por esa gran masa de materia oscura.
Se sabe que la mayoría de las galaxias, incluida la
nuestra, se encuentran rodeadas por un enorme halo de materia oscura. El mayor
porcentaje de la masa de una galaxia está contenido dentro de este halo, por
eso estas estructuras invisibles pueden afectar la estructura de las galaxias
con el paso del tiempo. Cuando el halo se encuentra inclinado con respecto al
plano de la galaxia, los efectos gravitacionales de la materia oscura pueden
“deformar” al disco galáctico. Los científicos se preguntaron si este fenómeno
es lo suficientemente significativo como para causar la estructura que vemos en
la Vía Láctea.
De acuerdo a un artículo publicado en Science Alert,
crearon un modelo de galaxia en el cual el halo de materia oscura estaba
inclinado 25 grados con respecto al disco de la Vía Láctea, para calcular
posteriormente las órbitas de las estrellas y el gas interestelar durante un
período de 5 mil millones de años. Descubrieron que cuando la masa oscura se
inclina, las zonas exteriores de la galaxia efectivamente se deforman y
brillan, exactamente como se puede apreciar en las observaciones del telescopio
Gaia.
Estos resultados, en combinación con los datos del
halo estelar, proporcionan evidencia convincente de que nuestra galaxia está
incrustada en un halo de materia oscura inclinado. Esta desalineación del halo
oscuro y el disco contiene pistas sobre la historia de formación de la galaxia
y puede aportar datos sobre su evolución futura, concluyen los científicos en
su investigación.
Por último, indicaron que aunque una colisión con
otra galaxia en el pasado pudo inclinar significativamente el halo oscuro de la
Vía Láctea, dicha inclinación vuelve lentamente a la normalidad: en las simulaciones,
planteando una hipotética colisión galáctica hace 7 mil millones de años, el
halo oscuro habría tardado alrededor de 5 mil millones de años en reducirse de
50 grados a 20 grados. Esto significa que aunque las interacciones galácticas
son importantes, la forma de la galaxia estaría mayormente condicionada por la
influencia del halo de materia oscura.
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