El hipotético Planeta 9 podría ser una nueva forma de gravedad provocada por una fuente desconocida
Mercurio, Venus, La Tierra, Marte, Júpiter, Saturno,
Urano, Neptuno y… ¿otro más? Desde hace casi una década, numerosos astrofísicos
han sospechado que en los confines del sistema solar podría haber un noveno
planeta, conocido popularmente como Planeta 9, que explicaría las
perturbaciones gravitatorias en la órbita de los cuerpos pequeños, como Sedna o
Plutón, situados en el llamado Cinturón de Kuiper, un cinturón de asteroides
allende Neptuno.
Hasta ahora, la búsqueda ha sido infructuosa. La
oscuridad total de esa región y la enorme distancia a la que se encuentra
imposibilita, o al menos hace muy difícil, dar con él en caso de que exista.
Por eso, algunos científicos ya han planteado teorías alternativas, como por
ejemplo que esas supuestas perturbaciones se deban no a un planeta, sino a la
existencia de un agujero negro.
La última de estas hipótesis proviene de Harsh
Mathur y Katherine Brown, físicos de la Case Western Reserve University y del
Hamilton College de EE.UU., respectivamente. Ambos apuntan que las anomalías
son explicables mediante una teoría gravitacional alternativa conocida como Dinámica
Newtoniana Modificada, o MOND.
Popularizada en los años 80, esta teoría explica el
funcionamiento de la gravedad en la Vía Láctea con la particularidad de que no
tiene en cuenta la materia oscura. Esta materia, cabe recordar, se compone de
partículas invisibles y de origen desconocido.
Así, MOND se usa para explicar por qué las estrellas
y los planetas no son suficiente para provocar la atracción gravitatoria de las
galaxias. Y sostiene, en ese sentido, que la ley de gravedad de Isaac Newton
solo funciona hasta una distancia determinada, por lo que llega un punto en el
que los cuerpos que orbitan alrededor de un objeto más grande a grandes
distancias, como las estrellas en los bordes de galaxias espirales como la
nuestra, reciben una atracción gravitatoria mayor que la que plantea la ley de
Newton. «MOND es realmente bueno para explicar las observaciones a escala
galáctica, pero no esperábamos que tuviera efectos notables en el sistema solar
exterior», explican en un comunicado Brown y Mathur, que han publicado su
investigación en The Astronomical Journal.
Para llegar a su conclusión, los dos físicos
descubrieron que las órbitas que predice la teoría sobre esta alternativa
gravitacional coinciden con las de Kuiper. «La alineación es sorprendente»,
dicen, aunque admiten que es aún pronto para descartar otras posibilidades y
que los datos globales contrastados al respecto son todavía insuficientes.
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