Las chimpancés salvajes también tienen la menopausia
Hay pruebas demográficas y hormonales de que las hembras de la comunidad Ngogo de chimpancés salvajes del Parque Nacional de Kibale, en Uganda, viven alrededor del 20 % de su existencia en estado posreproductivo. Lo confirma un estudio internacional, que encabezan científicos de la Universidad de California, en EE UU, y del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Alemania.
Ma Rainey, una hembra posreproductora de la
comunidad de chimpancés Ngogo, en el Parque Nacional de Kibale, Uganda, y su
hijo adulto Wes. / Kevin Langergraber / State University of Arizona
Hasta ahora se creía que solamente los humanos,
algunas especies de ballenas dentadas y contados mamíferos marinos vivían
largos años de vida activa tras la pérdida de la capacidad reproductora. Por
ejemplo, este mismo año, un estudio revelaba que las hembras de orcas mantenían
su implicación maternal de por vida, incluso cuando las crías ya se hubieran
convertido en adultas.
Se sabe que las orcas continúan colaborando con su
sistema social, gracias a una larga esperanza de vida, durante varias décadas
después de dejar de tener descendencia.
Acerca de las hembras de primates, sin embargo, se
pensaba que mantenían su capacidad reproductiva hasta etapas muy cercanas a la
muerte. Pero, ahora, un nuevo estudio demuestra que un grupo de hembras de
chimpancé (Pan troglodytes schweinfurthii) que viven en Uganda muestran signos
de menopausia, es decir, que sobreviven mucho después de haber perdido su
posibilidad de tener crías.
El científico Brian Wood y su equipo de la
Universidad de California (EE UU), el Max Planck Institute of Evolutionary
Anthropology (Alemania) y el Smithsonian Conservation Biology Institute (EE
UU), entre otras instituciones, aportan pruebas demográficas y hormonales de la
menopausia en chimpancés salvajes que habitan en territorio selvático de
Uganda. Cabe recordar que los chimpancés, junto con los bonobos, son los
parientes más cercanos de los homínidos.
Las hembras de chimpancés salvajes de la comunidad
Ngogo del Parque Nacional de Kibale, en Uganda,
viven el 20 % de su edad adulta en estado posreproductivo
En este trabajo, a partir de observaciones
poblacionales y de comportamiento de una comunidad Ngogo de chimpancés
—estudiada, desde hace tiempo, en el Parque Nacional de Kibale, en Uganda— el
equipo de científicos examinó la mortalidad y las tasas de fertilidad de 185
chimpancés hembras durante 21 años de observación (de 1995 a 2016). Esta información
les permitió realizar cálculos a partir de una métrica denominada
‘representación posreproductiva (PrR)’, que es la proporción media de la vida
adulta que transcurre en estado posreproductivo.
Así, los autores del estudio que hoy se publica en
la revista Science muestran que los chimpancés Ngogo tienen una representación
posreproductiva (PrR) de 0,2, lo que significa que, por término medio, las
hembras viven el 20 % de su edad adulta en estado posreproductivo.
Quizá el desconocimiento sobre la menopausia en los
animales viniese simplemente del hecho de que los humanos nos habíamos
mantenido al margen de estas preguntas sobre nuestras primas hermanas primates.
Hoy los científicos son conscientes de que entender los signos de menopausia en
animales salvajes nos puede ayudar a comprender la evolución de este rasgo tan
normal en nuestra propia especie.
Consultado por SINC sobre la posibilidad de que este
mismo desarrollo hormonal se dé en otras comunidades de chimpancés (u otros
primates) de diferentes geografías, Wood responde que “en otros grupos de
chimpancés, solo en raras ocasiones se ha observado que las hembras vivan más
allá de los 50 años”. Además, según admite, “se desconocen sus patrones de
cambio hormonal en torno a esa edad”, ya que “no se han tomado medidas”.
En las mujeres humanas, la menopausia suele
producirse entre los 45 y los 55 años, y se caracteriza por un descenso natural
de las hormonas reproductivas y un cese permanente de la función de los ovarios.
Marlene, una hembra que ha perdido su función
ovárica, en la comunidad Ngogo del Kibale National Park, Uganda. / Kevin
Langergraber, Arizona State University
Explicar cómo evolucionó la menopausia representa un
reto porque los beneficios evolutivos de esta etapa de la vida no resultaban
del todo convincentes frente a los argumentos que habitualmente se han manejado
sobre la vida útil de las hembras. Tampoco se sabe con certeza por qué la
menopausia habría evolucionado en las humanas y no en otras primates longevas.
Mientras la mayoría de los mamíferos, incluidas
otras poblaciones de chimpancés observadas, parecían tener una representación
posreproductiva (PrR) cercana a cero -lo que significa una breve supervivencia
tras el cese de la función ovárica-, este trabajo descubre que, al menos en esa
comunidad de chimpancés de Uganda, la fertilidad no es un requisito vital para
las hembras.
La fertilidad declinaba después de los 30 años y no
se observaron nacimientos de madres de más de 50 años. Según los autores,
variaciones hormonales similares son signos de la menopausia humana
Para evaluar la interrupción no patológica de la
función ovárica, estos expertos analizaron 560 muestras de orina de 66
chimpancés hembras cuyas edades oscilaban entre los 14 y los 67 años. Esas
muestras de orina de hembras que diferían en estado reproductivo y edad
demuestran que la transición a este estado posreproductivo estaba marcada por
cambios en hormonas como gonadotrofinas, estrógenos y progestinas.
Asimismo, la fertilidad declinaba después de los 30
años y, en el caso de las chimpancés, no se observaron nacimientos de madres de
más de 50 años.
Según los autores, variaciones hormonales similares
constituyen signos de la menopausia humana.
Sin embargo, a diferencia de los humanos, las
chimpancés posreproductoras de la población de Ngogo no se dedican a criar a
los hijos de sus hijos, ni pueden estar cerca de sus hijas hasta que estas
alcanzan su propia edad reproductiva, ya que las jóvenes adultas emigran para
vivir fuera de su grupo natal. Esto significaría que la popular ‘hipótesis de
la abuela’, que se ha utilizado para razonar acerca de la evolución adaptativa
de las largas vidas posreproductivas, no es aplicable a la larga existencia de las
chimpancés ugandesas.
Una de las explicaciones posibles a este largo
periodo de vida no fértil de las chimpancés salvajes podría estar vinculada a
una respuesta temporal a unas condiciones ecológicas favorables en Ngogo, que
contemplan bajos niveles de depredación, alta disponibilidad de comida y exitosa
competencia entre grupos.
La segunda posibilidad, según apuntan los resultados
del trabajo, es que la PrR sustancial sea un rasgo evolutivo típico de la
especie en los chimpancés, que no se había observado en otros lugares.
“El estudio de Wood y su equipo arroja luz y plantea
interrogantes sobre la evolución de la menopausia”, escribía el biólogo Michael
Cant, quien no participó de esta investigación, en una reseña sobre el trabajo.
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