Durante más de 2.000 millones de años no podía haber fuego en la Tierra

 

La ciencia no siempre tiene todas las respuestas, pero poco a poco vamos encontrando algunas de ellas, gracias a la labor de investigadores y científicos. Así como sabemos cuál es el origen del universo, también tenemos constancia de que ningún planeta del Sistema Solar tiene la capacidad de ver fuego en su superficie. Y esto, aunque parezca mentira, también sucedió en la Tierra.

La explicación es algo elaborada, pero la haremos lo más sencilla posible. La atmósfera de la Tierra hace más de 2.000 millones de años era una enorme capa conformada en su mayoría por un gas denominado metano, que estaba siendo generado por la vida bacteriana que empezaba a desarrollarse en la superficie.

Sin embargo, un evento conocido como la Gran Oxidación, provocado por bacterias que producían energía a través de la luz del Sol, empezó a liberar oxígeno a la atmósfera.

Este evento provocó una gran glaciación en el planeta, debido a que el oxígeno desestabilizaba al metano y, por tanto, el efecto invernadero que éste provocaba se fue mitigando. Aún así, aún no existía el fuego en la Tierra.

Para su aparición tendremos que llegar al período Ordovícico Medio, miles de millones de años después, en el que la concentración de oxígeno era superior al 13% mínimo para encender la llama, pero inferior al 35% que provocaría que el fuego fuese tan poderoso como para limitar el nuevo crecimiento de las plantas tras su quema.

En ese punto de la historia de nuestro planeta, hace 470 millones de años, comenzaron a brotar las plantas que permitirían desarrollarse los primeros incendios espontáneos y que son el musgo y las denominadas hepáticas, cuyo nombre procede de su forma de hígado.

La primera evidencia física de fuego en la Tierra la tenemos registrada a través de carbón datado de hace 420 millones de años, según la información publicada en la revista Ecology & Evolution aunque habría que esperar unos cuantos millones de años más para que fuegos de gran tamaño empezasen a mostrar el poder del fuego por todo el planeta, hace ya 380 millones de años. Y desde entonces, nuestros antepasados han podido mejorar sus posibilidades de supervivencia gracias a uno de los pilares fundamentales de nuestra civilización.

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