El glaciar de Monte Perdido de los Pirineos se rompe en dos

 

Los dos últimos veranos, el de 2022 y de 2023, han hecho retroceder a los glaciares de los Pirineos. Las continuas olas de calor han provocado en todos ellos una aceleración en su proceso de extinción y de acuerdo con la voz de algunos científicos, ésta no se demorará más allá de una o dos décadas solamente. Se convertirán entonces en masas de hielo sin más y la nieve se derretirá durante los estíos.

De acuerdo con los últimos informes científicos hechos en el glaciar de Monte Perdido, el glaciar se ha partido en dos definitivamente. Los últimos resultados conocidos del de Monte Perdido constatan esta realidad. Se han medido tanto los retrocesos en superficie como en espesor sino que los científicos y la partición en fragmentos.

El Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido ha publicado este domingo 5 de noviembre los datos analizados por el equipo de investigadores del Instituto Pirenaico de Ecología, la Universidad de Zaragoza y la Universidad del País Vasco, que trabajan en el seguimiento de éste y otros glaciares de la cordillera de los Pirineos, con financiación del Gobierno de Aragón. En definitiva, estos trabajos muestran que en las últimas mediciones realizadas -a finales de septiembre en el glaciar de la vertiente norte del pico de Monte Perdido-, los científicos han utilizado tecnologías avanzadas como el láser escáner terrestre y la fotogrametría con dron. «Gracias a ellas se ha podido obtener una cartografía de alta resolución de la superficie, constatando cambios muy importantes desde 2011, año en que se iniciaron estas mediciones«, explica en su comunicado el Parque Nacional.

En la última campaña se ha observado una pérdida media de espesor de 3,8 metros en la zona estudiada. El punto con máximo retroceso del hielo ha alcanzado 8,1 metros, en el cuerpo oriental del glaciar. Ha habido mermas de hielo en 2023 «casi tan impactantes como las registradas en 2022, convirtiéndose en los dos años de mayores pérdidas desde 2011».

Como decimos, también se ha constatado la separación «definitiva» entre el cuerpo de hielo oriental y el occidental, con lo que esto implica en cuanto a una disminución considerable de la superficie total.

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