El planeta pierde casi un millón de kilómetros cuadrados de tierras fértiles por año
Las tormentas de arena y polvo son un fenómeno
natural que se ha vuelto más frecuente en varias regiones del mundo, y al menos
el 25% de este fenómeno se atribuye a actividades humanas, según la Convención
de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD).
La CNULD, una de las tres convenciones originadas en
la Cumbre de la Tierra de 1992, está llevando a cabo una reunión en Samarcanda
(Uzbekistán) para evaluar los avances en la aplicación de la Convención y
discutir recomendaciones políticas para abordar los efectos de las tormentas de
arena y polvo en la agricultura, la industria, el transporte, la calidad del
agua, el aire y la salud humana a nivel mundial.
Según el Secretario Ejecutivo de la CNULD, Ibrahim
Thiaw, las tormentas de arena y polvo representan un desafío significativo para
lograr un desarrollo sostenible. El problema se agrava por la mala gestión de
la tierra y el agua, las sequías y el cambio climático. Además, las
fluctuaciones en su intensidad, magnitud o duración pueden hacer que estas
tormentas sean impredecibles y peligrosas.
Se estima que cada año entran en la atmósfera 2.000
millones de toneladas de arena y polvo, con repercusiones más allá de las
regiones de origen. Este fenómeno afecta diversos aspectos del medio ambiente,
el clima, la salud, la agricultura, los medios de subsistencia y el bienestar
socioeconómico de las personas.
En respuesta a esta problemática, la Organización de
las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) preside la
Coalición de las Naciones Unidas para la Lucha contra las Tormentas de Arena y
Polvo, que se creó en 2019 para liderar los esfuerzos mundiales para hacer
frente a este fenómeno.
El Compendio de tormentas de arena y polvo y la caja
de herramientas de SDS ofrecen orientación sobre enfoques y metodologías para
recopilar y evaluar datos de SDS, seguimiento y alerta temprana, mitigación de
impactos y preparación, y cartografía de fuentes y mitigación de fuentes
antropogénicas a nivel subnacional, nacional, regional y global.
Esta problemática es parte del orden del día de la
reunión de este año del Comité de Examen de la Aplicación de la Convención
(CRIC 21) de la CNULD y de los avances mundiales en la consecución de los
objetivos estratégicos de la Convención. La reunión se lleva a cabo en un
momento crítico, ya que las estadísticas recientes muestran que el mundo está
perdiendo tierra sana y productiva a un ritmo preocupante: casi un millón de
kilómetros cuadrados de tierra sana y productiva por año, el equivalente de las
superficies sumadas de Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y
Uzbekistán.
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