Hallan un esqueleto con una misteriosa mano de hierro en Alemania
Un grupo de trabajadores alemán probablemente nunca
imaginó toparse con un esqueleto mutilado del siglo XV que portaba una mano
artificial. Un hallazgo de este tipo llama la atención incluso a los arqueólogos
más veteranos ya que permite explorar los avances médicos de la Edad Moderna.
El análisis del cuerpo indica que el cadáver aún conservaba varios huesos en la
mano izquierda, a la que le faltan algunos dedos que fueron amputados. Los
restos de la mano están integrados en una sofisticada construcción de hierro,
cuero y tela.
El descubrimiento ocurrió en la bávara localidad de
Frisinga, Alemania, durante la instalación y mantenimiento de una tubería en
las cercanías de la parroquia de San Jorge. La datación por radiocarbono ha
revelado que el hombre contaba con entre 30 y 50 años y que murió entre 1450 y
1620. Contrariamente al imaginario popular, los médicos de este periodo
buscaron maneras de facilitar la vida a sus pacientes.
El periodo histórico en el que vivió el manco
esqueleto está envuelto en guerras y conflictos por toda Centroeuropa, momento
en el que Frisinga ganó una gran influencia en la región al ser un importante
obispado y estado imperial del Sacro Imperio Romano Germánico. Esto no impidió
que la guerra asolase la ciudad como ocurrió, por ejemplo, durante la guerra de
los Treinta Años (1618-1648).
Parece razonable que esté casi permanente estado de guerra aumentó las mutilaciones y con ello, la demanda de diferentes prótesis. Una de las “manos de hierro” más conocidas fue la del caballero y mercenario alemán Götz von Berlichingen al que una bala de cañón arrancó la mano derecha durante el asedio de Landshut. El rico guerrero se pudo permitir una prótesis mucho más compleja y móvil que la recientemente descubierta en Frisinga.
Los historiadores y arqueólogos europeos conocen
otras cincuenta prótesis similares encontradas en Europa Central de la baja
Edad Media y el principio de la Edad Moderna. Estos artilugios varían en
complejidad, existiendo simples prótesis estéticas hasta aquellas que cuentan
con componentes mecánicos y móviles. La Oficina Estatal de Baviera para la
Protección de Monumentos (BLfD) ha sido el organismo responsable de la
restauración y documentación de esta nueva prótesis que, por su rareza, ha sido
radiografiada y limpiada al detalle buscando restos de cuero y textil.
“A la hueca
prótesis de la mano izquierda se le añadieron cuatro dedos. El índice, corazón,
anular y meñique fueron fabricados de forma individual con hojas de metal y son
inmóviles. Estas réplicas van en paralelo, ligeramente curvadas. La prótesis
probablemente estaba unida al muñón mediante una correa” informa Walter
Irlinger, jefe del departamento de conservación del germano BLfD.
El cómo perdió la mano y para qué fue usada la
prótesis continúa siendo un misterio para los investigadores. El hombre aún
conservaba el pulgar en el momento de su muerte, aunque este estaba corroído en
el interior de la prótesis. Aparentemente, el invento fue cubierto con cuero.
Durante su investigación, un restaurador encontró tejidos arrugados en el
interior de los dedos junto a una especie de gasa cuyo posible uso fue el de
acolchar el muñón.
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